miércoles, 17 de diciembre de 2008

huraño IV

"El hecho parecería ser, si en mi situación uno puede hablar de hechos, no sólo que tendré que hablar de cosas de las que no puedo hablar, sino que además, lo cual es más interesante, sino que además yo, lo cual es si fuera posible aun más interesante, que yo tendré que, me olvidé, no importa."*


Helios.

*Samuel Beckett, El innombrable.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Onirismo

Oíd

Soñé... ¡Sueño!
No soy un cuento.
Vengo de más lejos...
¡Soy y vengo del sueño!
Y digo que soñar es querer, querer, querer, querer, querer...
querer escaparse del espejo,
querer desenredarse del ovillo,
querer descoyuntarse de la dulce rosquilla de los cuentos,
querer desenvolverse... prolongarse...
soñar es decir 4 veces,
44 veces,
4.444 veces, por ejemplo:
Yo no quiero,
yo no quiero,
yo no quiero,
yo no quiero,
verme en el tiempo
ni en la tierra
ni en el agua sujeto:
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento,
quiero verme en el viento.

"Quiere el hilo,
sueña el hilo
en la espadera,
sueña el hilo
que saldrá
algún día...
¡un bueno día!
hecho manto
de telar."

Lo que pasó bajo la curva de los cielos
se prolonga bajo los huesos de mi cráneo.
(¡Hay algo nuevo bajo el sol!)
Lo que soñé en la tierra y en el vientre fecundado de mi madre
lo sigo aquí ahora sobre la piedra oscura de mi almohada.
¡Fui semilla que quiso ser espiga
y soy espiga que sueña en ser pan ázimo!*


Venir del sueño, tan real como el viento, tan inasible como el viento. Ser hilo que busca otros hilos, fundamentales, para salir hecho un manto de telar colorido. Encontrarse con todas esas personas, todos esos lugares, todos esos fantasmas, que saltan desde la superficie y comparten por un rato nuestro lugar en el sueño, y vuelven a caer con su peso de plomo, lejos, lejos, lejos, lejos, nuestro.Ya casi no quedan potenciales del viento, mucho menos del sueño.
Helios.

*León Felipe, "Un signo... ¡Quiero un signo!, en Parábola y poesía.

domingo, 30 de noviembre de 2008

huraño III

Hallazgo de la vida

¡Señores! Hoy es la primera vez que me doy cuenta de la presencia de la vida. ¡Señores! Ruego a ustedes dejarme un momento, para saborear esta emoción formidable, espontánea y reciente de la vida, que hoy, por la primera vez, me extasía y me hace dichoso hasta las lágrimas.

Mi gozo viene de lo inédito de mi emoción. Mi exultación viene de que antes no sentí la presencia de la vida. No la he sentido nunca. Miente quien diga que la he sentido. Miente y su mentira me hiere a tal punto que me haría desgraciado. Mi gozo viene de mi fe en este hallazgo personal de la vida, y nadie puede ir contra esa fe. Al que fuera, se le caería la lengua, se le caerían los huesos y correría peligro de recoger otros, ajenos, para mantenerse de pie ante mis ojos.

Nunca, sino ahora, ha habido vida. Nunca, sino ahora, han pasado gentes. Nunca, sino ahora, ha habido casas y avenidas, aire y horizontes. Si viniese ahora mi amigo Peyriet, le diría que yo no le conozco y que debemos empezar de nuevo. ¿Cuándo, en efecto, le he conocido a mi amigo Peyriet? Hoy sería la primera vez que nos conocemos. Le diría que se vaya y regrese y entre a verme, como si me conociera, es decir, por la primera vez.

Ahora yo no conozco a nadie ni nada. Me advierto en un país extraño, en el que todo cobra relieve de nacimiento, luz de epifanía inmarcesible. No, señor. No hable usted a ese caballero. Usted no lo conoce y le sorprendería tan inopinada perla. No ponga usted el pie sobre esa piedrecilla: quién sabe no es piedra y vaya usted a dar en el vacío. Sea usted precavido, puesto que estamos en un mundo absolutamente inconocido.

¡Cuán poco tiempo he vivido! Mi nacimiento es tan reciente, que no hay unidad de medida para contar mi edad. ¡Si acabo de nacer! ¡Si aún no he vivido todavía! Señores: soy tan pequeñito, que el día apenas cabe en mí.

Nunca, sino ahora, oí el estruendo de los carros, que cargan piedras para una gran construcción del boulevard Haussmann. Nunca, sino ahora, avancé paralelamente a la primavera, diciéndola: "Si la muerte hubiera sido otra..." Nunca, sino ahora, vi la luz áurea del sol sobre las cúpulas del sacré-Coeur. Nunca, sino ahora, se me acercó un niño y me miró hondamente con su boca. Nunca, sino ahora, supe que existía una puerta, otra puerta y el canto cordial de las distancias.

¡Dejadme! La vida me ha dado ahora en toda mi muerte.*


Helios.

*César Vallejo, "Poemas humanos", en Poesía completa, Cuba, Procuñtura, 1988.

huraño II

La vida por delante

Por qué hoy, precisamente,
voy a sentir miedo, teniendo
la seguridad de que mamá nos cuida, como
hace tantos años, y
llora desde la puerta
porque estamos enfermos y vamos a morir.

-Mamá no lloraré nunca
desde la puerta: hace frío
cuando alguien se enferma de cuidado
y puede morir-

Por qué hoy se me ocurren
estas cosas tan consabidas; por qué
no hablo de la revolución social o del sufrimiento
anegado en una mujer
de quien su hijo está enfermo; del desarme de la ternura,
de
las mareas, de los coches de plaza, de los
cereales, que más no fuera.

-Ah soledad que no puedo
romper. Ah tristeza
aquerenciada,
dueña de tanta memoria-

Por qué hoy no puedo estar alegre. Descuido
lo que tengo, no he sabido vivir, suelo
mirar la vida del otro lado de una puerta. Tengo
frío y ganas de vomitar, te hago
cosquillas en la palma de la mano
para que sonrías un poco, para que me olvides
un poco, para que sueñes un poco, para que saltes
un poco
dormida,
asombrada, lejos, mirando
desde la puerta.

Por qué hoy me doy cuenta de que nunca he tenido
talento para el amor; por favor
una mano; por lo que más quieran,
si llegan a necesitarme, no se olviden de mí. Hoy no puedo
hacer otra cosa que esperar inútilmente
desconsolado, con rabia, con desidia, con miedo,
con vergüenza, con todo lo de siempre: la puerta un poco
entornada, cerca de allí, casi al alcance de la mano.*


La puerta un poco entornada, sí. Y mirando, más bien espiando la vida, con la seguridad que tiene un niño cuando espía a los mayores y cree que es invisible, que nadie se ha percatado de su presencia. Pero es la inocencia lo que resguarda al niño de la mirada ajena, entornada. Y la inocencia en algún punto se acaba, tal vez tras cruzar la puerta, la misma puerta desde la cual luego observamos la vida. La pequeña diferencia: nada escapa a la mirada de la vida, y ya no tenemos red de seguridad.
Helios.
*Francisco Urondo, "Del otro lado", en Obra poética, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2007.

huraño

Dame la mano

Cuando arda el amor,
no estaré a tu lado,
estaré lejos.

Será por cobardía,
por no sufrir,
por no reconocer que no supe
cambiar todo esto.

Arderá el amor,
arderá su memoria
hasta que todo sea como lo soñamos
como en realidad pudo haber sido.

Pero ya estaré lejos.
Será tarde para lamentos
y nadie podrá todavía asombrarse
de lo que tiene.

Antes que nada, antes
de sospechar,
vivamos, que más no sea, y que
por ahí es demasiado.

Vivir, sin
que nadie admita; abrir el fuego
hasta que el amor, rezongando, arda
como si entrara en el porvenir.*


Helios.

*Francisco Urondo, "Son memorias", en Obra poética, Bueno Aires, Adriana Hidalgo, 2007.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

si volviera de un viaje a mis adentros

Cómo será pregunto.
Cómo será tocarte a mi costado.
Ando de loco por el aire
que ando que no ando.

Cómo será acostarme
en tu país de pechos tan lejano.
Ando de pobrecristo a tu recuerdo
clavado, reclavado.

Será ya como sea.
Tal vez me estalle el cuerpo todo lo que he esperado.
Me comerás entonces dulcemente
pedazo por pedazo.

Seré lo que debiera.
Tu pie. Tu mano. *


Un viaje, esté o no planeado, siempre implica, aunque sea, una mínima cuota de incertidumbre. Viajes de ida y vuelta, viajes de ida, viajes de vuelta, viajes (simplemente). En algunos casos, incluso se nos viaja, y uno se queda quieto (¿impotente, frágil?).
Y como en todo viaje, no puede eludirse tan fácilmente el desarraigo (por efímero que este sea) o el exoarraigo, como cuando alguien nos ahorra el viaje y toma nuestro lugar. Pero, imponente virtud del ser humano, uno logra adaptarse, más sea por la fuerza, ¡imposible de ser abolida tal responsabilidad! Después se verá si se opta por instalarse, o por retomar el viaje.
Entonces, ¿volveré(mos)?
Helios.
*Omitido el título, ver Juan Gelman, "El juego en que andamos", en Gotán, Buenos Aires, Seix Barral, 1996.

martes, 14 de octubre de 2008

A secas

Escarnecido, aclimatado al bien, mórbido, hurente,
doblo el cabo carnal y juego a copas,
donde acaban en moscas los destinos,
donde comí y bebí de lo que me hunde.

Monumental adarme,
féretro numeral, los de mi deuda,
los de mi deuda, cuando caigo altamente,
ruidosamente, amoratadamente.

Al fondo, es hora,
entonces, de gemir con toda el hacha
y es entonces el año del sollozo,
el día del tobillo,
la noche del costado, el siglo del resuello.
Cualidades estériles, monótonos satanes,
del flanco brincan,
del ijar de mi yegua suplente;
pero, donde comí, cuánto pensé!
pero cuánto bebí donde lloré!

Así es la vida, tal
como es la vida, allá, detrás
del infinito; así, espontáneamente
delante de la sien legislativa.

Yace la cuerda así al pie del violín,
cuando hablaron del aire, a voces, cuando
hablaron muy despacio del relámpago.
Se dobla así la mala causa, vamos
de tres en tres a la unidad; así
se juega a copas
y salen a mi encuentro los que aléjanse,
acaban los destinos en bacterias
y se debe todo a todos.

César Vallejo

domingo, 21 de septiembre de 2008

Primavera bis (primavera 0)

si la inseguridad
ya no produce
¡quémenla!

si el conocimiento
ya no produce
¡quémenlo!

si esta huerta
ya no produce
¡quémenla!

si estos cuerpos arremetiéndose
ya no producen
¡quémenlos!

si la duda
ya no produce
¡quémenla!

si la página en blanco
ya no produce
¡quémenla!

si este aroma
ya no produce
¡quémenlo!

si las calorías
ya no producen
¡quémenlas!


si esta ciudad
ya no produce
¡quémenla!

si esta agua
ya no produce
¡quémenla!

si el condicional
ya no produce



¡¿¡¿Cómo que quemar algo en el día de la primavera?!?!
Un campo de flores tal vez sea uno de los grandes íconos de esta fecha (21 de septiembre), al menos en el hemisferio sur. Lo que supo ser un hermoso prado verde y floreado, y ahora se encuentra quemado, tal vez no sea exactamente la imagen que nos hacemos de la fecha arriba mencionada. Pero, ¿no es,acaso, cierto que un campo quemado es más fértil luego del siniestro? si esto es realmente cierto, entonces la desolación y las cenizas pasarían a ser una primavera cero, ¿no?
Helios.


*poema de mi autoría.

Primavera


Era sistemático. Cada vez que a Aneta se le escurría algún cuco por la rendija de la puerta o por el ojo de la cerradura, y quedaba dentro de su pieza, ella se metía detrás del gran espejo de pared, dejando al reflejo de la entidad vagando consigo mismo un rato. Más tarde el cuco se iría y quedaría su reflejo encerrado para siempre en el gran espejo de pared.
Una noche, se escabulló un cuco imponente, de manos viriles y lengua larga, más hábil que los anteriores. Aneta no alcanzó a esconderse detrás del espejo, y su ahora desnudo cuerpo estaba bajo la sombra del espectro.
Sus largos dedos la dominaban, y su lengua no dejaba rastro de la piel blanca de la joven; estaba como en trance. Los reflejos de ambos se fusionaron, pero tras los nimios gritos de ella, se vislumbraba un aura de goce, de sosiego.
Aneta despertó sola, yaciendo en el piso junto al gran espejo de pared. Aun estaba desnuda, y su entrepierna reflejaba un pimpollo aromático, una fresia, un jazmín.


En esta primavera, estimados seguidores de "el punto es que", les obsequio esta pequeña obra de mi autoría. Preferí, en esta ocasión, evitar cualquier tipo de introducción o nota para no condicionar sus comentarios (espero recibirlos).
Helios.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Un muerto encierras

Como tantas madrugadas encerrados en un coche,
en una calle sin luz, una calle sin nombre,
los dos frente a frente se miran despacio,
tras dedicarse al amor y su trabajo.
Secan su sudor, secan su sudor,
tal como han aprendido, no han olvidado.

Él piensa "ya nada es lo de antes,
la vida debe estar en otra parte",
donde no la divisa porque ella le ciega
con cárceles de oro, con amor sin tregua.
Ya nunca volverán, ya nunca volverán,
ya nunca volverán a hacer nada por vez primera.

Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.

Él le regala unas manos llenas de mentiras,
ya no le parece tan bello el cuerpo que acaricia.
Ayer eclipse de sol eran sus pupilas,
hoy son lagunas negras donde el mal se hacina.
Qué pena me da, qué pena me da,
qué pena me da, todo se termina.

Ella ya no ama sus vicios, le busca en los ojos,
pasa un ángel volando y se encuentra con otro.
Ayer sus dos brazos eran fuertes ramas
donde guarecerse, hoy son cuerdas que atan.
Qué pena me da, qué pena me da,
qué pena me da, todo se acaba.

Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.

Él decide por fin vomitar las ideas,
ella lo sabe y tranquilamente lo espera.
Sin calma planea su fuga este preso,
ella no lo mira, no aguanta su aliento.
Ya llegó el final, y van a encontrar
en su corazón arena de desierto.

Perdida la calma, se pone muy serio,
cunde el pánico y le invade un horrible miedo.
Su boca cobarde pronuncia: "Te quiero.
No te vayas nunca, no te vayas lejos".
Y ella echa a temblar, ella echa a temblar,
ella echa a temblar: "Yo también te quiero".

Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.

Helios.

martes, 9 de septiembre de 2008

Sí, pero no

Me voy, pero vuelvo; duermo, pero estoy despierto; me escondo, pero me descubro; me electrizo, pero me entumezco; bajo, pero subo; bajo, pero alto; me alegro, pero me entristezco; escucho, pero no te entiendo; me quedo, pero salgo huyendo; entro, pero salgo; lo vivo, pero no recuerdo; me gusta, pero no lo disfruto; sigo, pero no progreso; lloro, pero no siento; me hundo, pero no me sumerjo; imploto, pero no hay adentro; discuto, pero no me comprometo; no hago el amor, pero me desnudo; soplo, pero aspiro al mismo tiempo; deseo, pero no arrepiento; estudio, pero no crezco; me dan cuerda, pero enloquezco; me distraigo, pero estoy atento; me enorgullezco, pero me avengüenzo; me inflo, pero cada vez más pequeño; soy una máquina de humo, pero respiro aire fresco; añoro, pero sólo envejezco; si y sólo si, pero entonces; me río, pero entierro; compro, pero vendo; gano, pero pierdo; comparto, pero guardo; imagino, pero pisoteo; planto, pero incendio; nazco, pero ideo; organizo, pero desordeno; me hermetizo, pero goteo; beso en el cuello, pero no beso; tengo presnete, pero no expreso; me inyecto adrenalina, pero no concilio la vigilia; me asento, pero no me arraigo; me doy significado, pero no significo; me decido, pero divago; me pongo el saco, pero me saco el pongo; me duermo, pero no me lleva la corriente; admiro, pero no contemplo; busco audiencia, pero empiezo antes de tiempo; gozo, pero no me es placentero; lali, pero lila; brillo, pero ennegrezco; doy calor, pero duermo solo; pienso, pero no existo; , pero se mueve.

¿Relativismo postmoderno? Sí, pero no.
Helios.

martes, 19 de agosto de 2008

Vuelos

Del cielo nos vienen diferentes cosas que hacen a nuestra existencia. ¡Qué seríamos sin el sol, la lluvia, lo infinito!
Hace algún tiempo creí haber tenido el cielo al alcance de mi mano. Estaba ahí, tan concreto, tan asible. Tal vez la escena se prolongó demasiado, intentando generar ese suspenso vacuo que sólo concluye en lo inevitable: el cielo se había ido, había vuelto a su lugar, allá arriba a donde pertenece. Tal vez fue simplemente una ilusión, y el cielo nunca había abandonado su posición en el universo. Tal vez existan dos cielos, ambos igualmente inexpugnables.


Dame una más
que me volveré
nuevamente hombre

la terneza
me sobra, aun,
procuraré que
sea abundante
para cuando todavía
me toques.

Dame otra más
que aun no he descifrado
tu todo contorno

séme mujer
lentamente,
que pueda asimilar
cada pétalo
cada instante.

Seamos secreto
séme distante.



Helios.

*Poema de mi autoría.

lunes, 11 de agosto de 2008

Lo que no se dice

Para la audiencia, un poema de mi autoría que espero disfruten.


Locura
que abandónames
en medio de tan desordenado
orden.
La cabeza
se me cae,
clama
por tomar asiento.
Re-ingreso
en la alias realidad,
tan cacofónica,
espectro
gas polutivo
tan denso.
Busco quemarme
la garganta,
pitada a pitada
acallar
la cordura mayúscula,
soberana.
Ahora,
me encuentro
todo desnudo,
floreciendo
ya no hay un vello
tupido
que cubra las vergüenzas,
y mi mano
raquítica,
traza tras traza
prosigue su empresa.
Ya ni las ganas
me cubren
de sentirme sano,
el gentío mira,
no logro ocultar
mi cuerpo,
con una mano en alto
y la otra escribiendo,
despojado de lágrimas
para no mirar,
sin un bello
abrigo de mujer
cubriendo mis vergüenzas.



Será hasta la próxima. Siempre lo es.
Helios.

lunes, 28 de julio de 2008

Invierno

Su lecho se había vuelto un lugar demasiado vasto. Ya no era cálido, ya no era su refugio. Una gran tierra de nadie.
Esa noche se acostó decidido a no compartir más ése páramo con la soledad, y así, se puso a construir. Al principio había tan sólo una casa y un molino, pero pronto apareció un río caudaloso, y varias goletas anclaron junto a la almohada.
Al día siguiente, se levantó una vez más en medio de la calma tísica de siempre. Nuevamente empezó a construir. El pueblo tenía ahora algunas calles y un puerto pintoresco. Esta vez no vino ninguna barca. Abrió una fábrica, y no tardó mucho más en aparecer el cableado eléctrico.
Una nueva mañana. Mucho frío. Pero… ¿dónde estaba todo el mundo?
Esa noche la ciudad adquirió un ritmo vertiginoso. Casi daba miedo pensar que todo aquello cabía en mi cama: avenidas, luces de neón, trenes y trolebuses, y un gran rascacielosrasos. Le costó mucho dormir esa noche, el ruido era letal, punzante. Los subterráneos funcionaron hasta las tres de la madrugada bajo el colchón, y reabrieron su servicio a las cinco. A la mañana siguiente, la ciudad aun estaba ahí. Gigante, desierta.


Única entrada en este mes de peripecias. Los dejo con un cuento de mi autoría, cualquier otra acotación por mi parte es irrelevante.
Helios.

lunes, 30 de junio de 2008

Argentina

Dejaré la primer parte de esta entrada en manos de José Pablo Feinmann, quien en un artículo publicado en el diario Página 12 del día de ayer, escribió unas palabras no sólo muy ilustrativas, sino también muy ciertas acerca del odio y de la situación actual que está atravesando nuestro país.

"(...) Si alguien pudo pintar: “Cristina vas a morir como Evita”, todo es posible. Si a Cristina se le endilgan insultos del calibre más bajo, más obsceno y si, para peor, son las mujeres las que principalmente lo hacen, uno se pregunta: ¿qué pasa? Supongamos que el gobierno de Cristina Fernández no le cae bien a un sector de la población, pero: ¿es para tanto? ¿Es para injuriarlo más que a Menem, que a De la Rúa? Sabiendo (y aceptando en alguna medida) que a otros gobiernos, sobre todo al militar, no se les dijo nada de esto.
Tomo un ejemplo. El cantante Ignacio Copani escribió una canción, (...) se llama: “Cacerola de teflón”. Debe tratarse de una crítica al sector social pro-agrario que se manifiesta en las calles con los utensilios que tiene en su cocina según su pertenencia en la escala social. Las cacerolas que tiene son de teflón. Copani canta su letra. Dice lo que tiene que decir y ahí empieza la invasión mediática. El “foro”, en Internet, tiene un anonimato que facilita la agresión y hasta el insulto más soez. Facilita la expresión del odio. De este modo, Copani dice que, a raíz de su canción, recibió algunos mensajes afectuosos. Pero: “Pero he recibido también otro tipo de contactos llenos de reproches, cargados de odio, regados de violencia, intolerancia, agresión y con un espíritu inquisidor que no creí que anidara todavía en gente de mi comunidad. He sido amenazado, agraviado, insultado, difamado, calumniado y, peor aún, han sufrido ese tipo de atropello miembros de mi familia. No me refiero a los impunes foros de Internet sino a e-mails, cartas y llamados recibidos”. ¿Qué pasa? ¿Dónde estamos viviendo? ¿Esta es la ciudad de Buenos Aires? ¿Esta es la capital cultural de América latina? ¿De dónde salió esta tropa de asalto, organizada, feroz, violenta al extremo de estar a las puertas de la agresión física?
Sigue Copani: “Aquellos que piensan que la Sra. Presidenta de mi país me paga por verso, recital u opinión, simplemente están expresando su propia escala de valores y asumiendo que ellos mismos podrían torcer sus convicciones a un precio determinado. Yo no”. Este es otro toque infaltable de este periodismo del odio. Afirma: todo aquel que se manifieste a favor de este gobierno lo hace por interés. En cambio, si “el campo” llena la Plaza ahí está la patria, la tierra, los valores centenarios, la clase rural que hizo la grandeza de la patria. Si la llena el Gobierno son todos gronchos traídos en los camiones de Moyano, o bandoleros de D’Elía, o desdichados que están ahí por un choripán. Y esto lo dicen periodistas con una trayectoria. Que de pronto se han erizado también de odio. Algunos de ellos cambiarán milagrosamente no bien el Gobierno arregle con sus patrones, con los grupos económicos para los que trabajan. La conversión ideológica del periodismo en los últimos tiempos ha sido vertiginosa. Incluso conozco mucha gente que lo detecta. “¿Viste? Fulano ahora ya no está en contra de Cristina”. “Y claro: si la empresa para la que labura arregló con el Gobierno.” Hay, sin embargo, un ingrediente genuino en este periodismo que acaso ni puedan variar, aunque el grupo mediático para el que trabajan les dé la contraorden: su antiperonismo. El odio gorila pocas veces penetró tanto en nuestra sociedad. Y peor aún: el odio a la generación del ’70. Lo peor que se le puede decir a alguien es setentista. Y al matrimonio presidencial se les dice sin más “la pareja montonera”, cuando jamás estuvieron en esa organización y no se ha discutido aún con claridad los dislates o no que ha cometido en nuestro país. (...)
Voy a citar ahora otro mail. Es de Hernán Nemi, que tiene 36 años, es profesor de Literatura en la Universidad de Morón, da clases en varios colegios secundarios y tiene un par de obras escritas para Teatro por la Identidad. (Esto lo torna muy sospechoso para la Argentina del odio y sus voceros comunicacionales. Porque la cosa también tiene este costado de destrucción fundamental: “¡Basta con esa cuestión de los derechos humanos! ¡Basta de juzgar a militares! ¡Basta de exhibir a Hebe de Bonafini en cada acto! ¡Ni a la Carlotto nos bancamos ya! ¡Eso terminó, es el pasado, hay que archivarlo!” O si no: “¡Hay que juzgar a los guerrilleros! ¿O no quedó alguno vivo?”.) Suscribo todo lo que dice Nemi, de modo que citarlo es hablar y decir por su medio, que es impecable, y exhibe una prosa inusual: “Se critica a Cristina por autoritaria: ¿qué otro presidente hubiera soportado cien días con rutas cortadas, desabastecimiento y amenazas constantes sin disparar un solo tiro ni reprimir en ninguno de los cientos de cortes de caminos que hubo? Entre el 19 y 20 de diciembre de 2001 murieron 31 personas en la represión del gobierno de De la Rúa a las manifestaciones populares. El matrimonio ‘montonero’ tuvo la actitud más tolerante y democrática frente a las protestas de la ciudadanía que se recuerde en toda la historia argentina”. Aquí sólo podríamos pulir la frase “toda la historia argentina”. Hubo otros gobiernos con tolerancia de democrática. Es cierto que, en este caso, el llamado “campo” ha paralizado el país y su abastecimiento. Se trata, sin más, de un acto de subversión absoluto que deteriora por completo el funcionamiento del país. Y a los piqueteros se los quería colgar por cortar una calle.
Sigue Hernán Nemi: “¿Es éticamente correcto que la clase media y alta de Buenos Aires salgan a golpear cacerolas por las retenciones del campo cuando jamás las golpearon por las flacas jubilaciones que cobran nuestros viejos ni por los chicos que tienen hambre, ni por los sueldos docentes, ni por la carpa docente, ni por la privatización vergonzosa de nuestras empresas en los ’90?”. Y también: “¿Tiene autoridad moral la Sociedad Rural de pedir más institucionalidad cuando apoyó a cuanto gobierno de facto hubo en la Argentina? ¿Este campo hoy indignado es el mismo que aplaudió a Menem a lo largo de la década del 90? Sí, es el mismo”. Es siempre el mismo, Hernán: es el que recibió con atronadores aplausos a Juan Carlos Onganía cuando el dictador entró en el predio de la Sociedad Rural... ¡en carroza! El que abucheó a Alfonsín. El que respaldó a la patria financiera en el golpe de mercado. El que apoyó a Videla y negoció con Menem. Hoy, en esta Argentina del odio, es la clase heroica que representa los intereses de la patria. ¡Y con los periodistas progres a sus pies!
Y, por fin, escribe Hernán: “Quienes piensan –legítimamente– que los ruralistas tienen razón, ¿por qué lo expresan a través de mails o comentarios tan agresivos, tan cargados de odio, tan faltos de argumentos racionales?, ¿qué nos pasa a los argentinos (y argentinas) que nos cuesta tanto bancarnos a una mujer como presidenta? Muchos de los adjetivos de esos mails –muchos de ellos enviados por mujeres– muestran el peor machismo: se la llama a Cristina ‘puta’, ‘conchuda’, ‘turra’, ‘tilinga’... Y al mismo tiempo, los argumentos brillan por su ausencia”.
Es así, Hernán: pero eso de bancarse a una mujer como presidenta no nos pasa “a los argentinos”, sino a ciertos argentinos. Y si hiciera otra política le tirarían flores. No es que no se bancan a una mujer, no se bancan una política. El poder, en este país, es pragmático. Si hacés lo que yo te digo, lo que yo necesito, lo que llena mis arcas, estoy con vos y sos hermoso. No lo olviden: si el establishment argentino se bancó a Menem, se puede bancar a Drácula. Al sólo costo de que Drácula haga lo que ellos quieren."

Me parece, simplemente, brillante. He tenido que omitir algunos pequeños fragmentos (sin descuidar la esencia del artículo) por una cuestión de espacialidad, pero abajo dejo el link para aquellos que deseen leer el artículo en su totalidad.

Un último dato que me resultó muy curioso. Mario Llambías (Confederaciones Rurales Argentinas) declaró que si se aprueba el proyecto oficial, continuará el conflicto en el campo [los lectores de este espacio pueden consultar el diario Página 12 de hoy, en "Una tregua que amenaza terminar"; también se ha difundido en diversos medios radiales].
Para los que aun no lo saben, levantarse contra el parlamento es anticonstitucional, representa un acto de sedición, ya que el poder legislativo no tiene recambio (valga aclarar que el poder legislativo representa a todo el país, por lo que ¿de qué patria hablan los representantes del campo que amenazan con nuevas protestas en caso de que no se cumpla con su voluntad en esta instancia parlamentaria?).

Con esta humilde invitación a la reflexión, los deja su servidor,
Helios.


*Para ver "El odio de estos días", por José Pablo Feinmann, haga click aquí: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-106897-2008-06-29.html
*Para escuchar la canción "Cacerola de teflón", de Ignacio Copani, haga click aquí: http://es.youtube.com/watch?v=tZemS_7eVNY . Si está interesado en la letra y no la encuentra no dude en comentar y hacer su pedido (no olvide dejar su mail), el administrador de este espacio se encargará de hacérsela llegar.

sábado, 28 de junio de 2008

Ya ves

Ya ves, a veces me canso de ser hombre y también
me agota escuchar que todo va bien,
y ver tristes hombres mirando al sur,
y no existir si no me miras tú.

Ya ves, a veces me canso de perderte y saber
que estamos solos y no va a volver
Guevara para darnos la razón
de no verte tendida en mi colchón.

Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto,
si hoy se cae La Habana,
el día de mañana
¿quién será nuestro dueño?

Así yo canto para recordar
que sigues a mi lado,
que aun sueñas despierta porque así
vencemos el cansancio.
Así yo canto para recordar
que aun seguimos vivos,
si no ves más allá de tu horizonte
estaremos perdidos.

Ya ves, a veces me canso de ser libre, de ser
libre para venderme y caer
muerto donde mi libertad prefiera,
simpre al otro lado de tu frontera.

Ya ves, a veces me canso de mí y de no tener
valor para buscarte y cometer
todo delito que este amor exija.
"Quieta ahí, tus labios o la vida".

Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto
si arde Lacandona
si Marcos abandona,
¿quién será nuestro dueño?

Así yo canto para recordar
que sigues a mi lado,
que aun sueñas despierta porque así
vencemos el cansancio.
Así yo canto para recordar
que aun seguimos vivos,
si no ves más allá de tu horizonte
estaremos perdidos.


Que el poema hable (y lo hace) por sí solo.
Helios.

*Ismael Serrano, "Ya ves", en Los paraísos desiertos.

viernes, 20 de junio de 2008

Sueñero

Silbo en la oscuridad
animal sin reposo
torres de la vigilia
candela de los ojos
no sé que pueda ser
si una curva del tiempo
o un hueco en el corazón atento.

Trigo sobre el brocal
para que coma el hambre
y abajo el peligroso
agujero de la sangre
no hallo, no puedo ver
mas que la noche alerta
y el misterio detrás
de las puertas.

Sueñero, jinete sin descanso
sueñero, sobre un papel en blanco
sueñero, centinela de mi alma
sueñero, duérmete y dame calma

Llevo cada mitad
omo dos ríos gemelos
uno cruza la tierra
el otro fluye en el cielo
el de la oscuridad
no conoce el olvido
desvelado en seguir
lo perdido

Ay, este toro azul
fatigado y sediento
de correr tras la nada
como la luz y el viento
ardo sin preguntar
igual que lo hace el fuego
tal vez halle cantando
el sosiego.

Sueñero, enigma de un penitente
sueñero, andando entre los durmientes
sueñero, espina de las estrellas
sueñero, olvídate de ella.


De Helios para las peronas que aun buscan, que aun esperan.

*"Sueñero", Jorge Fandermole.

lunes, 16 de junio de 2008

el camino de la corcada


Muchos lo recorrían, y otros tantos lo negaban. Tal vez por compasión, pena, o incluso por lástima (estos últimos no eran muy queridos, y por lo general los comentarios apuntaban a pasar la tarde a costa de un alma que se perdía).
Tu coeficiente intelectual es de... en realidad, tu coeficiente no es, simplemente eso. "Pero no te preocupés che, la inteligencia no es algo con lo que se nace, se hace, uno la va construyendo"- dijo uno.
"Vas a ver como en la próxima te va a ir mejor"-dijo otra.
A todo esto, el interlocutor ya se estaba pegando el cono de helado en la frente. ¿Eso les parece racional? "¡Pero claro!-respondió uno- Me parece muy natural, son rachas, ya pasará".
"Fue un mal día no más, nada que no tenga solución"-agregó la otra.
Lo circunstancial pierde la gracia si abandona su condición esporádica.
"No pasa nada-afirmó uno- son eventualidades que se irán sucediendo, le dan gustito a la vida ¿no?"
"Creo que está un poco estresado no más"-opinó la otra.
La devaluación del estrés (como concepto proveniente del campo de la psiquiatría) está atravesando una devaluación muy importante. Hoy en día todo el mundo se estresa.
"No puedo más, estoy muy estresado"- se queja uno. Valga aclarar que la cuasa del estrés de éste se dbe a que hoy no durmió la siesta de cuarenta y cinco minutos que acostumbra tomar, por lo que no puede acontecer otra cosa que no sea el estrés. ¡Pobre alma!
"No, es que me peleé con mi amiga ayer"-dijo una.
"¿Tu amiga X?"-preguntó su interlocutora.
"No, la que conocí hace un mes en la fiesta de Y"-respondió.
Esta pseudo-aungustia, o angustia no-trascendental, se transforma automáticamente en estrés.
Pero no nos vayamos del eje de la discusión.
¿De qué se trata, entonces, la corcadéz (del arg. corco, int. corqui o corky, v. corquear, part. corcada, ger. corqueando.)?
No se engañen, corco puede ser cualquiera.
Helios.

domingo, 15 de junio de 2008

al rincón de mi abandono

No sabrás... nunca sabrás
lo que es morir mil veces de ansiedad.
No podrás... nunca entender
lo que es amar y enloquecer.
Tus labios que queman... tus besos que embriagan
y que torturan mi razón.
Sed... que me hace arder
y que me enciende el pecho de pasión.


Estás clavada en mí... te siento en el latir
abrasador de mis sienes.
Te adoro cuando estás... y te amo mucho más
cuando estás lejos de mí.


Así te quiero dulce vida de mi vida.
Así te siento... solo mía... siempre mía.

Tengo miedo de perderte...
de pensar que no he de verte.
¿Por qué esa duda brutal?
¿Por qué me habré de sangrar
si en cada beso te siento desmayar?
Sin embargo me atormento
porque en la sangre te llevo.
Y en cada instante... febril y amante
quiero tus labios besar.


¿Qué tendrás en tu mirar
que cuando a mí tus ojos levantás
siento arder en mi interior
una voraz llama de amor?
Tus manos desatan... caricias que me atan
a tus encantos de mujer.
Sé que nunca más
podré arrancar del pecho este querer.


Te quiero siempre así... estás clavada en mí
como una daga en la carne.
Y ardiente y pasional... temblando de ansiedad
quiero en tus brazos morir.




(...) La juventud se fue...
Tu casa ya no está...
Y en el ayer tirados
se han quedado
acobardados
tu percal y mi pasado.
La juventud se fue...
Yo ya no espero más...
Mejor dejar perdidos
los anhelos que no han sido
y el vestido de percal.(...)




Será cuestión de cantar el tango, con voz de sombra. Donde sea que te encuentres, voy a irrumpir en tus sueños con estruendo de contrabajo. Será cuestión, una vez más, de cantar el tango, con voz quebrada y con pena de bandoneón.

Helios.


Mario Soto, "Pasional".
Homero Expósito, "Percal".

viernes, 13 de junio de 2008

Sin embargo, se mueve


No te acerques demasiado a mi
hace un tiempo que estoy
respirando un aire viciado
que me sigue hacia donde voy,
No te acerques más,
la muerte ya no es
algo para confiar
instalándose en los días...
de rutina y soledad.
Ves sobre el horizonte naufragar,
las ruinas de la vida.
Como un montón de estrellas
dormirás, un sueño eterno.
Cada luz que ves, oscurecerá.
Los miedos dormirán a cada
resplandor, que intente salir,
de este cuento sin fin.*


Como un reloj con el segundero continuo. El tic-tac nos da la oportunidad de tomar una nueva bocanada de aire para poder afrontar el siguiente segundo, y el siguiente.
Sin embargo, se mueve.

Helios.


* Eppurse muove, "No te acerques..."

viernes, 30 de mayo de 2008

Palabras

El neoCrack

Sucede en nuestros días que la escritura prolifera vertiginosamente convirtiendo la literatura en una bolsa de valores narrativos.
La especulación lingüística, llegando ya a su clímax, se perfila como catalizadora de la Segunda Depresión. Todo el mundo escribe, pero nadie lee. Esta relación inversamente proporcional genera una superabundancia de material literario que permanece como stock de reposición dirigido a un mercado en vías de extinción.
Lo que advendrá será una nueva era oscura. Habrá enormes hambrunas intelectuales y una generalizada hiperinflación que afectará principalmente a los rubros morfo-sintáctico y semánticos. El valor de la palabra será nulo, la oración se regirá con los materiales y las formas más ordinarias para abaratar su costo de producción, y la retórica apenas si bastará para comprar un trozo de pan.[1, incluye título]
intentaré esgrimir
algunas palabras
antes que puedan serme
robadas
violadas (dos puntos
vocablos
son so
la
men
te
lo
que
pue
do
de
cir

pun
to)

[2]*


Helios.


ACLARACIÓN: los dos primeros comentarios de esta entrada forman parte de la misma.
[1]Leandro Pose, obras inconclusas.
[2]Ibíd.
*Por razones estéticas la nota al pie no figura junto a la obra citada.

viernes, 23 de mayo de 2008

Al bando vencido

(...)- Muchas veces la realidad no se condice con lo que debería ser real.
-¿Cómo?
- Claro, quiero decir que el condicional plantea una serie de conflictos respecto de la historia.
- ¿De qué manera? Explícate.
- El fútbol, por ejemplo. Puede parecerte burdo (ciertamente no lo es), pero iluminador al fin. En el último mundial del mencionado deporte, el buen desempeño de la selección argentina la llevó a cuartos de final, y en dicha oportunidad tuvo que enfrentarse con la selección local. El partido fue inquietante, plagado de una densa agonía y, finalmente, de una aborrecible impotencia. Se definió por penales. Argentina fue eliminada.
- Sigo sin comprender.
- Una frase muy oída en los días subsiguientes al partido fue "Argentina merecía ganar". Futbolísticamente, concuerdo con esta frase, dado que la calidad de juego de la selección argentina fue superior, pero no me desviaré del punto en cuestión. Argentina merecía ganar, pero... ¿cuál de los dos equipos llegó a semifinales y cuál volvió sollozando a su patria?
-Argentina ciertamente, pero ¿cómo aplicarías entonces el ejemplo a la cuestión acerca del condicional?
- Argentina merecía ganar y no lo hizo. Es este uso del condicional el que genera un choque con el acontecimiento real. Muchos acabamos por posicionarnos del lado del condicional, no en un sentido estricto, sino como un "pasarnos" al bando vencido.
- Aun sigo sin comprender.
- Permanecer o pertenecer al bando vencido refiere a la posicion que se toma siendo consciente de que dicha postura es la que ha caído. El problema se presenta debido a que la lógica que uno ha seguido en el desarrollo de una determinada situación indicaba la victoria, pero cuando se analiza el acontecimiento en sí, o mejor dicho, el resultado de dicho acontecimiento la realidad expone un veredicto totalmente diferente a lo esperado (siempre teniendo en cuenta que lo que se esperaba tenía como soporte un riguroso silogismo "a prueba de fallas").
- ¿Sería, entonces, algo así como un proyecto que no llega a su cometido aun habiendo dispuesto de todas las herramientas y el esfuerzo necesario para realizarlo?
- ¡Exactamente!

Pertenecer, eternamente, al bando vencido*.

Helios.

*"Al bando vencido", Ismael Serrano en La memoria de los peces.

domingo, 18 de mayo de 2008

yo y mi jardín


Todos han partido de la casa, en realidad, pero todos se han quedado en verdad. Y no es el recuerdo de ellos lo que queda, sino ellos mismos (...) Lo que continúa en la casa es el órgano, el agente en gerundio y en círculo. Los pasos se han ido, los besos, los perdones, los crímenes. Lo que continúa en la casa es el pie, los labios, los ojos, el corazón.[1] Aun así, no veo a nadie, ni siquiera me veo a mí mismo. Me he buscado, pero no estaba con mi sombra, no estaba con mis gestos, más allá de las normas, más allá del misterio en el fondo del sueño, del eco, del olvido. No estaba ¡Estoy seguro! No estaba. Me he perdido.[2] Creo que por esto mismo es que intento, una y otra vez, inventarte, creo que soy porque te invento, alquimia de águila en el viento desde la arena y las penumbras, y tú en esa vigilia alientas la sombra con la que me alumbras y el murmurar con que me inventas.[3]
De cualquier manera, antes de esto ya construía tu rostro en los lejanos patios de la infancia, [4] sombra con sombra (...), dolor con dolor, por haberme enamorado[5] escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra, te hice un sitio en mi lecho, te amé, estela invisible, noche a noche.[6]
Creo, al fin, haberme ido, puesto que no había nadie, nadie, nadie. Esa noche preparé mucho café, estaba con insomnio y con la garganta extraviada entre tanto humo y nicotina. En mi soledad, dejé dos tazas y dos cucharitas, por si aparecieras y aparecías. Y la mirada mil años. Alguna parla bajo la luna. (...) Y porque entrabas, el morado café se volvía una pirámide. De estrellas. Toda la vía láctea que habitamos.[7] Nos amábamos rodando por el espacio.[8] Precioso terror de andar en la noche entre rocas voladoras.[9]
Finalmente ¡PUF! evanesciste. Sin tu presencia mi caída fue inminente, desde el espacio abierto hasta el fondo de la tierra, del mar, de la casa, ya no recuerdo, o no tiene importancia. Hoy por hoy, sólo me asomo a la superficie y nada. Nadie responde a mi llamado. Pareciera que el mundo se ha escondido bajo una piedra, y espera mi partida para salir de su escondite.[10]


Helios.

1 César Vallejo, en " No vive ya nadie...".
2 Oliverio Girondo, en "¿Dónde?".
3 Julio Cortázar, en "Doble invención".
4 Juan Gelman, en "Fábricas de amor".
5 Miguel Hernández, en "98".
6 Juan Gelman, op. cit.
7 Marosa di Giorgio, en "La flor de lis".
8 Eduardo Galeano, en "Amares".
9 Daniel Samoilovich, en "Furtivos".
10 Leandro Pose, en "Incomunicado".

domingo, 11 de mayo de 2008

Nota al pie: amistad

"La amistad no guarda silencio, más bien es guardada por el silencio. Desde el momento en que la amistad se habla, se invierte. Dice entonces, diciéndoselo, que no hay amigos, se confiesa confesándoselo. Dice la verdad -siempre aquello que más vale no saber." [1]


Nada más...

¿Dónde se hizo esta
luz
velada?

El chingolo canta.
Este canto en la luz
como desde el seno
tímido de la luz.
Y las orillas
florecidas,
las orillas
amarillas,
las orillas temblanco
en la sensitiva
mirada del río?

Demasiado, demasiado.
Sólo la soledad
apenas
dorada,
con este canto.
[2]


"¡Oh, Amigos! No hay amigos.*" [3]


Helios.


[1] Derrida J., "Esta 'amistad' loca: el justo nombre de la amistad", en Políticas de la amistad, Paris, Galilée, 1994.
[2] Juanele, Antología, Buenos Aires, Losada, 2002.
*(...) exclamó el sabio moribundo.
[3] Aristóteles.

domingo, 4 de mayo de 2008

Fui, soy... ¿fueré?



El pasado, cosificado, puede llegar a convertirse en un platillo muy suculento.
¿Qué hacer cuando el pasado amenaza nuestro presente, y por defecto, nuestro futuro?
Pongamos la mesa, y hagámonos de un perverso festín. Seamos como Mercurio con su hijo, ya que, a fin de cuentas, nuestro pasado es como un hijo concebido por nuestra propia vida y existencia.


Ayer y hoy

Humilde como el voto del creyente,
bendito como el ángel de mi guarda,
tímido, solitario, romancesco,
fe y esperanza.

Como tú, virginal y sin mancilla,
como yo, visionario y entusiasta,
era el amor que te ofrecí; inocente,
como mi alma.

Ignoto, como ráfaga perdida,
ardiente, como lágrima callada,
torcido, desolado, borrascoso,
amor de patria.

Triste, como el destello de la luna,
solo, como luna solitaria,
es el recuerdo de ese amor maldito,
como mi alma.
Almafuerte


Será hasta que siga avanzando la vida, el tiempo, hasta que implote la palabra, y ya no quede nada que devorar más que uno mismo.
Helios.

jueves, 1 de mayo de 2008

Ciudad extraña

Que se me va de las manos
entre el humo de los coches
el verano,
que se me olvida la gente
que, con más o menos suerte,
me ha ayudado.
Y se me va de las manos
mientras los días siguen pasando
y yo perdiendo la calma,
ciudad extraña.
Veremos si hoy trae la suerte
tu llamada en mi ventana,
que los relojes no duermen
y en mi mente sus agujas son espadas.
Y se me va de las manos
mientras los días siguen pasando
y yo perdiendo la calma,
ciudad extraña.
Que se me va de las manos
entre el humo de los coches
el verano
que se me olvida la gente
que, con más o menos suerte,
me ha ayudado.
Y se me va de las manos
mientras la vida sigue pasando
y yo perdiendo la calma,
ciudad extraña.
Veremos si hoy trae la suerte
tu llamada en mi ventana,
que los relojes no duermen
y en mi mente sus agujas son espadas.
Y se me va de las manos
mientras la vida sigue pasando
y yo perdiendo la calma
ciudad extraña
de mi pasado, de mi pasado.*

Es una ciencia (o un fenómeno) muy peculiar la historia. Parecería que todo aquello que ya fue transitado, aquello a lo que podemos recurrir cuando nos plazca mediante el uso de la memoria, en síntesis, aquello que ha sido superado, se nos presentara como un objeto casi palpable con nuestras propias manos. Pero llegan instancias del pasado que desbordan nuestro entendimiento, y así, nuestra supuesta capacidad (de la cual muchas veces nos jactamos, considerando que somos seres que dominamos la razón y estamos en pleno uso de nuestras facultades mentales) de asirlo (al pasado) queda totalmente anulada. Es frente a dichas instancias (llámense también situaciones, sucesos, episodios, y la lista sigue) que el pasado se nos va de las manos, y frente a nuestro estado de consciencia del presente (siempre con miras hacia el futuro) el tiempo no nos brinda la posibilidad de re-vivir los momentos que, delante de nuestra postura impotente, se alejan, más y más, mientras los días (la vida) siguen su curso.
¿Qué nos queda entonces? Tal vez esperar ése llamado en la ventana.
Helios.
*"Se me va de las manos", Ella Baila Sola.

martes, 29 de abril de 2008

Pájaros de barro


Puede que ande un poco perdido. Puede que el encontrar(me) sea la excepción, la eventualidad, lo efímero, y que realmente el estar perdido sea el curso natural de la vida. La angustia se hace presente en aquellos momentos (casi todos) en los que la cordura, cual ancla, impide el vuelo. Acostumbrarse a un estado cotidiano de locura es el paso más difícil, y eso lo hace ser más necesario todavía. Entonces el lenguaje se nos muestra como la herramienta más útil y necesaria, para expresar, para comunicar, incluso para callar frente al mundo y así también perdernos en nuestro ya conocido estado laberíntico.

Por si el tiempo me arrastra
a playas desiertas,
hoy cierro yo el libro
de las horas muertas.
Hago pájaros de barro.
Hago pájaros de barro y los echo a volar.
Por si el tiempo me arrastra
a playas desiertas,
hoy rechazo la bajeza
del abandono y la pena.
Ni una página en blanco más.
Siento el asombro de un transeúnte solitario.
En los mapas me pierdo.
Por sus hojas navego.
Ahora sopla el viento,
cuando el mar quedó lejos hace tiempo.
Ya no subo la cuesta
que me lleva a tu casa.
Ya no duerme mi perro junto a tu candela.
En los vértices del tiempo anidan los sentimientos.
Hoy son pájaros de barro que quieren volar.
En los valles me pierdo,
en las carreteras duermo.
Ahora sopla el viento.
Cuando el mar quedó lejos hace tiempo.
Cuando no tengo barca, remos ni guitarra.
Cuando ya no canta el ruiseñor de la mañana.
Ahora sopla el viento.
Cuando el mar quedó lejos hace tiempo.
En los valles me pierdo,
en las carreteras duermo.

Hoy por hoy, tópicos como el YO (y por asociación "el otro"), la existencia (o la falta de ella), etc., están siendo arduamente debatidos; personalmente he decidido apartarme de ellos (por lo menos momentaneamente). Es por eso que en esta ocasión echo a volar mis "Pájaros de Barro"* y me dejo estar a la deriva de la locura, hallándome perdido.
Helios.

*"Pájaros de Barro", título de la canción de Manolo García arriba citada.

lunes, 21 de abril de 2008

Quiromancia

¿Qué me dice tu mano cuando la miro? Una caricia, un golpe, un símbolo de amistad, un gesto de comprensión, una ayuda.
Tu mano me solía decir muchas cosas. A veces me odiaba, otras tantas enfatizaba el no-acuerdo en el que nos sumíamos, y otra tantas me daba un cariño invisible a tus ojos, un cariño tal vez ignorado por tus dedos pero que lograba erizar cada micro-capilar de mi piel. Tus manos solían hacerme soñar con un arrullo eterno y despreocupado, o al menos con un minuto de sosiego para mi pelo, mi rostro, mi cuello. Tu mano supo recorrer cada rincón de mi cuerpo, y me visitaba luego en sueños. Tu mano ahora es sólo un recuerdo, un punto en el mío universo. Tu mano, ya está en otras manos.


Quiromancia

Hoy hace menos frío
que el año que viene, si viene. Vendrá
seguramente para que nadie
crea en las groserías de las profecías, o de los meros
sueños premonitorios. Esas tonterías
solferinas, esas fantasías sin importancia, tardes
en las que el corazón humano
se pone al rojo morado, se
diría. Se dirá, cuando haya
algo que decir: hoy
hace menos que el año que vendrá.

Paco Urondo

Helios.

jueves, 17 de abril de 2008

¡Setenta veces muerto!

¡Setenta veces muerto!
hecho poesía
te adentrás
como una dulce angustia
una inquietud
en mi soliloquio.

Desesperación,
un dolor afrodisíaco
y vos,
compañerito,
frente a frente
con esos heraldos
en actitud desafiante
y aun así cabisbajo,
con la tristeza
hecha mirada en
tu semblante.

Hoy muero con vos
y en trilce vuelo
somos dos alas
de la misma palabra.


Con un día de atraso (por falta de tiempo) le dedico, en este poema de mi autoría, un humilde homenaje al maestro de maestros, a mi camino y la vez compañero de viaje en la literatura.
Y en este tiempo que me toca vivir, en esta tempestad incomprensible por la que me siento atraído, he decidido tomarme una licencia (o mas bien libertad) literaria con respecto al siguiento poema de Vallejo que traje para la ocasión. Lo dedicaré post-mortem a mi amigo en la realidad (¡y que Unamuno me ampare en esta afirmación!) e in vitam a mi otra intrañable compañera, ahora lejos, pero tan cerca como Vallejo en este momento.


A mi hermana Lucía

Hermana, hoy estoy en el poyo de la casa,
donde nos hacés una falta sin fondo!
Me acuerdo que jugábamos esta hora, y que mamá
nos acariciaba: "Pero, hijos..."

Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores,
después, te ocultas tú,y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermana, en aquel juego.

Luli, vos te escondiste
una noche de octubre, al alborear;
pero, en ves de ocultarte riendo, estabas triste.
Y tu gemelo corazón de esas tardes
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya
cae sombra en el alma.

Oye, hermana, no tardes
en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá.


Helios.

lunes, 14 de abril de 2008

quelqu'un m'a dit

Estoy sentado como un inválido en el desierto de mi deseo de ti

Me he acostumbrado a beber la noche lentamente, por-
que sé que la habitas, no importa dónde, poblándola de
sueños.

El viento de la noche abate estrellas temblorosas en mis
manos, que aun no se conforman, viudas inconsolables
de tu pelo.

En mi corazón se agitan los pájaros que en él sembraste
y a veces les daría la libertad que exigen para volver a ti,
con el helado filo del cuchillo.

Pero no puede ser. Porque estás tan en mí, tan viva en
mí, que si me muero a ti te moriría.
J.G.


¿Qué es esto de la vida? ¿Una ruta por la que vamos y venimos a gusto, y a sabiendas que nos encontraremos a la vuelta con las mismas curvas, piedras y animales sueltos y desorientados por la crudeza del pavimento creador de reflejos y oasis divinos que falsifican la visión del "porvenir", con las que nos topamos en el camino de ida?
"No existe una escuela que enseñe a vivir" (C.G.), entonces... ¿Quién es este alguien que nos ha dicho de ir y volver? ¿O que nos ha propuesto la ida y nos ha negado la vuelta? ¿O que sólo nos muestra una eterna meseta patagónica como ruta de viaje y se nos ha despojado de (nuestra) ruta para poder enriquecerse a cuesta nuestra cobrándole peaje a los transeúntes que pasan por nuestra vida?
En esta ocasión, y como ya se nos ha hecho costumbre a los lecto-comentaristas de este espacio, los interrogantes hacen notar su presencia. Sus arcos rechonchos se nos muestran como enormes barreras que se interponen en nuestro camino. Con ellos no hay lugar para el paso ligero, para la vista fija en el horizonte... ¡Es por eso que son tan malignamente bondadosos! El horizonte no significa nada si lo alcanzamos, y creo que el paso ligero no es el más adecuado método para intentar alcanzarlo.
Iré cerrando este momento bajando una barrera más, pero advirtiéndoles (en el mejor sentido de la palabra) que hay mucho horizonte detrás.
Helios.

martes, 8 de abril de 2008

Extravío


De personalidades y algo más. "¿Quién soy?" Esta es la pregunta del millón para muchos, y ...¿quién se encarga de responder? Una auto-respuesta sería poco objetiva, y por lo tanto no nos aclararía nada, mas seguramente generaría aun más confusión (ahora habría que preguntarse también por nuestro "yo" que se interroga por él mismo). Una respuesta proveniente de un par sería igualmente subjetiva, y probablemente lo único que lograría sería replantearnos acerca de nuestras relaciones sociales más cercanas, algo así como un "¿qué hago en medio de "esta" gente?".
Las aperturas craneales, los mundos que conformamos y otros con los que nos relacionamos, etc., son los factores que se encargan de socavar desde sus cimientos nuestra personalidad. Pero mi interrogante apunta a lo siguiente: ¿es posible reconstruir la personalidad sin modificar nuestras bases? Es decir ¿Los pilares de nuestro distintivo como personas, son indestructibles? ¿O, acaso, son únicos e irrepetibles y todo lo que venga después será algo nuevo, un nuevo intento?
Vallejo tal vez pueda darnos una orientación al respecto. Caso contrario, vale la pena leerlo.

NÓMINA DE HUESOS

Se pedía a grandes voces:
-Que muestre las dos manos a la vez.
Y esto no fue posible.
-Que, mientras llora, le tomen la medida de sus pasos.
Y esto no fue posible.
-Que piense un pensamiento idéntico, en el tiempo en que un cero permanece inútil.
Y esto no fue posible.
-Que haga una locura.
Y esto no fue posible.
-Que entre él y otro hombre semejante a él, se interponga una muchedumbre de hombres como él.
Y esto no fue posible.
-Que le comparen consigo mismo.
Y esto no fue posible.
-Que le llamen, en fin, por su nombre.
Y esto no fue posible.


Seá hasta la próxima, mientras esto sea posible.
Helios.

lunes, 31 de marzo de 2008

En el limbo


XLIX

Murmurado en inquietud, cruzo
el traje largo de sentir, los lunes de la verdad.
Nadie me busca ni me reconoce,
y hasta yo he olvidado de quien seré.

Cierta guardarropía, sólo ella, nos sabrá
a todos en las blancas hojas de las partidas.
Esa guardarropía, ella sola,
al volver de cada facción, de cada candelabro ciego de nacimiento.

Tampoco yo descubro a nadie, bajo
este mantillo que iridice los lunes de la razón;
y no hago más que sonreír a cada púa
de las verjas, en la loca búsqueda del conocido.

Buena guardarropía, ábreme tus blancas hojas:
quiero reconocer siquiera al 1,
quiero el punto de apoyo, quiero saber de estar siquiera.

En los bastidores donde nos vestimos,
na hay, no Hay nadie; hojas tan sólo de par en par.
Y siempre los trajes descolgándose
por sí propios, de perchas
como ductores índices grotescos
y partiendo sin cuerpos, vacantes, hasta el matiz prudente
de un gran caldo de alas con causas
y lindes fritas.
Y hasta el hueso!


He vuelto. Un tiempo de ausencia, y Vallejo haciéndome señas para que regrese a este lugar de sosiego que es la escritura.
Para la ocasión, este poema número cuarenta y nueve de Trilce. Me resultó curioso por varios motivos, de los cuales sólo develaré uno. Este último tiempo ha sido de largas idas y venidas. Tal vez sean sólo idas, de momento no lo sé. El punto es que estuve intentando (sin éxito) alcanzar ese estadío superior, aquel que parece inasible. Creo que todos tienen su instancia superadora, en mi caso he decidido llamarla L (ele mayúscula); simplemente una cuestión de nomenclaturas.
Pasando a asuntos administrativos, "Juncal" o "Iris" han quedado en el olvido a causa de un empate bipolar de la audiencia de este espacio, y debido a mi falta de tiempo para sentarme a escribir, el tópico "mundos" ha quedado relegado también.

Espero que disfruten el poema de Vallejo.
Será hasta el próximo encuentro.
Helios.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Abismos mentales



Entonces el jefe mandó llamar al mago y le dijo
"Quiero que fabriques para mí un equívoco rancho de fronteras
el horizonte, la fin del mundo, la definitiva catarata
donde el mar -que ya no es azul- recoge su espuma, duda y se decide;
hay una línea que por sí sola hace posible el dibujo
haciendo que imagines la espuma y el rugido y es sin embargo la mera división
del papel y el papel.
He aquí tu país bandido y engañador,
medias de red, ilusionismo, palomas de lirismo vanidoso
que ganan sus miguitas yéndose en vez de venir.
Aquí, en una tarde de calor y conjeturas
una serpiente abandonó el mar y descubrió que no se moría.
Esta es la llanura nerviosa de las evaporacines,
la línea, el corte, el irritado
borde
(y un gusano amodorrado en la playa recuerda todavía el suceso).
Este es el lugar de las investigaciones y noticias,
aquí se editan los diarios y se tortura a los gusanos sobre una mesa blanca
(y la abuela de la anfibia todavía
mueve la cola regia en su casa abisal).
¿Los ves? ¿Los ves a todos ellos? Entonces, obra".
El mago, que escuchaba atento, hizo lo que le habían ordenado.
Y cuando estuvo hecho, el jefe miró y dijo:
"Le pondremos FILO
y de ahora en adelante lo llamaremos así".


Este mundo llamado FILO me resultó curioso por su similitud con la apertura craneal. Un "equívoco rancho de fronteras" dice el jefe; y podemos pensar cómo la apertura craneal se expresa en su plenitud con esta metáfora del jefe. Un ejemplo que no puedo guardarme es este suceso de la serpiente: "abandonó el mar y descubrió que no se moría"; como el pensamiento, las ideas, las emociones lógicas. Creo que todas ellas, como la serpiente, salen de nuestro micro/macro (valga la contradicción) cosmos psíquico y descubren que no mueren. Tal vez, tarden un poco en salir de la madriguera, recordemos que se trata de un "país bandido y engañador" ("lleno de pestes y bichos dando vueltas", me autocito).
Mi propuesta para la ocasión es darles a elejir entre dos mundos, de modo que el que sea elegido, aparecerá en el próximo posteo. Pueden optar entre IRIS o JUNCAL.
¡Espero ansioso sus comentarios!
Helios.

lunes, 17 de marzo de 2008

¡¡¡ |\! e U r º S ! s !!!

Volutas de humo
Volutas de humo que flotan
Alrededor de mi cuerpo
Con que simpleza se desintegran
En cuanto las toca el viento
Conversar, conversar con vos quisiera
Decirte, decirte lo que yo siento..
.¿Por qué siempre te necesito
Cuánto más solo me encuentro?
Éste, éste, tu encanto fatal
Es lo único que no entiendo
Sabiendo que, poco a poco
Mi vida estás consumiendo...
Cigarrillo forrado de blanco
El color de la pureza y,
¿Qué llevás en el alma?
Lo negro...
¡Cuántos somos los que nos aferramos
A tus pitadas profundas y exhalamos de una vez!
(Mientras tragamos tu veneno...).
Apartarte, apartarte yo quisiera
Pero sé que no puedo
Porque en cada devenir de esta vida que padecemos
En mi propia cobardía más me aferro
A tu maldito veneno...
Te tomé como juguete de purrete
Y hoy, que sos parte mía
No sabés cuánto me arrepiento
Ya sin vos, ya sin vos no sé vivir
Porque sos mi companero
Ese amigo que busqué en la noche solitaria
Mientras contemplaba los cielos
Y que hablaba de mis sueños, mis tristezas y alegrías
Mientras vos, poco a poco
En mis dedos te consumías
Y así, así me quitaste el aliento
No me dejás respirar
Manchaste todos mis dedos
Y por dentro devoraste gran parte de mi cuerpo...
Pero, ¿qué te puedo reprochar?
Si fuiste mi compañero...
Y otra vez, otra vez te vuelvo a encender
Y mientras miro tus volutas de humo
Que envuelven todo mi cuerpo
Te tengo que decir, a mi pesar
Que seguís siendo mi mejor compañero...
Hoy retomaré el tema de la apertura craneal (o de mente) dentro del tópico "mundos" del que veníamos debatiendo.
He tenido la suerte de toparme con algunos comentarios (lamentablemente no pertenecientes a este espacio) que hablaban acerca de una búsqueda. Cito : "creo que estamos todos en la misma, es esa búsqueda que no busca nada, y me parece que lo que nos estamos dando cuenta entre todos es que no hay nada que buscar, y tal vez nos estemos sintiendo más cómodos con el caos ".
Una búsqueda, como la famosa búsqueda del tesoro (estoy retomando las palabras de la maga -no la de Cortázar, otra maga), y lo que importa a fin de cuentas -como decían nuestros amigos los formalistas- es el procedimiento, ésa búsqueda (¿eterna? -sin querer con esto entrar en debates metafísicos acerca de la eternidad y afines).
¿Entonces podríamos afirmar que nos sentimos cómodos en este estado actual de caos? Marx nos hablaba de la crisis (alias caos, hagamos la salvedad terminológica) como el estado "normal" del sistema capitalista. La lógica, entonces, nos llevaría a poder afirmar que deberíamos adaptarnos al caos, ya que en él nos encontramos inmersos. El problema se presenta cuando lo caótico se torna "caótico", es decir, cuando por algún estímulo llegamos a desautomatizarnos del "entumecimiento confortable" del caos en el que pareciera que nos movemos por inercia (¿y el libre albedrío?) .
El poema que da inicio al posteo de hoy, pertenece al disco "City zen" de Kevin Johansen. En la tapa de dicho disco, él (Kevin) se encuentra sentado en la parte delantera del techo de un colectivo de la línea 60 ¡¡¡qué mejor exponente del caos de esta hermosa ciudad en la que vivimos!!!
Y el poema, bueno, mientras espero orientación de su parte, mis estimados lecto-comentaristas, no haré más que encender un cigarrillo.
Helios.

sábado, 15 de marzo de 2008

Aperturas craneales


Escasos seguidores de "elpuntoesque", os saludo. Aperturas craneales dice el título del posteo de hoy, pero como siempre les recomiendo, no presten atención a los títulos, ya que planeo seguir reflexionando acerca de los mundos.
Abundan pruebas para afirmar que este blog no llega a la categoría de mundo, y en caso de asomarse remotamente a dicha categoría, podríamos pensar en un mundo pequeño, nimio como algunos de los que recorrió el Principito en sus viajes por el universo.
Teniendo en cuenta los comentarios a los que se sometió el posteo anterior, me atrevo a decir que abrir la mente -una apertura craneal- es una forma de conectar nuestro mundo personal (cfr. comentarios del posteo " A y A' "), plagado de filtros y redes y telas de araña, o en su defecto neuronales, etc. , a otros mundos. Otros mundos que han realizado una apertura craneal, claro está. Pero ¿no nos hemos puesto a pensar (con la mente abierta con la que contamos) que esta apertura craneal puede ser un arma de doble filo? Es decir, nuestra mente se encuentra abierta, "esa carrera te abre la cabeza" -típica frase que se le hace a los estudiantes de letras y afines- ¡¡¡bienaventurados des-craneados de nosotros!!! Pero tanta exposición al mundo /s exterior /es puede causarnos una gran jaqueca, con tanta peste y tanto bicho que anda dando vueltas por ahí. Hay tanto en lo que pensar que a veces puede que no demos a basto. Todo el pensamiento (d emente abierta) se torna rizomático, pero no automático, sino que depende enteramente de neustra capacidad de auto-preservación cerebral -abierto-cerebral-.
De cualquier modo, me encuentro en un momento de plena apertura no solo mental, sino pasional. Veremos si funciona mi estrategia.
Os dejo con un poema de mi autoría. Comentarios acerca de posibles (o no) contenidos autobiográficos abtenerse. Recuerden que este poema ya no me pertenece*, no desde que terminé de escribirlo, y un poco de eso trata (según un humilde y escueto análisis que he podido hacer respecto al poema abajo enunciado).






Yo escribo poemas
para que sean
olvidados



los recojo de la calle
del estudio, del trabajo,
los limpio, los alimento,
les todo
el cariño que puedo,
oculto su desnudez
con unos ropajes
de grafito,
y los mantengo en cautiverio
por un tiempo,
y luego
rompo los grilletes
de la semántica
que los mantenían
atados
y los dejo ser
su propio ser



Yo escribo poemas
de amor
desgarbado,



sus mensajes afilados
me cortan la mano
y por la noche
los pérfidos
esperan a que
me duerma
para soñarse
conmigo
y atormentarme
en besos
abrazos ficticios
caricias que borran
mi identidad
y lágrimas
que nunca caen



El humano
me tilda de tirano,
de cruel
de salvaje
de asesino,
yo sólo sigo
escribiendo
poemas
para ser olvidado




La poesía es toda una apertura craneal, es todo un mundo.
Helios.



*Cualquier intento de plagio será penado por ley.

martes, 11 de marzo de 2008

A y A'


A falta de "inspiración" para el posteo de hoy, me dije: "¿por qué esperar a que caiga el posteo -la idea- del cielo si puedo ser artífice del mismo?" Y es así, que daré inicio al posteo de hoy. Cabe aclarar que no me adjudico el 100% de las creación de esta reflexión, ya que me hubiera sido imposible ponerme a escribir si no me hubiera dado una mano el amigo Samoilovich.

Ismael Serrano (creo haber citado esto antes) tiene una frase que se ve reflejada en toda su obra y lo deja en un papel d elugarteniente de un pensamiento que no es solo suyo. "Otro mundo es posible". Puede que esta frase les parezca utópica e incluso trillada, pero intentemos contextualizarla en la temática de este posteo: la creación de mundos.
Cuando hablamos de mundos podemos pensar en planetas, en esferas abstractas de la vida, en corrientes que se chocan y luchan por la supremacía, en dimensiones paralelas a la nuestra que se repiten infinitamente y en las que tomamos diferentes roles y posturas con respecto a la "real", etc. . Dejo a su criterio la elección del significado que deseen atribuirle a la palabra "mundos", pero recuerden que hablamos de un plural. Y es aquí donde se produce el desfasaje con la frase del cantautor español. Él nos habla de otro mundo, pero yo prefiero pluralizar la frase: "otros mundos son posibles".
Los dejo con un fragmento del poema "El mago" de Daniel samoilovich para que mediten sobre el tema, ya que planeo volver sobre este tópico en próximos posteos.





(...) Entonces, el jefe vio los planetas encendidos, entregados a extraños derroteros
mientras las estrellas, ya lejos del ardor, comentaban en su ling helado
las alternativas de la fiebre
pueril desatada en las inmediaciones del sol.
Y vio el jefe la tierra soliviantada y vacía,
ladrando el mar, por hábito, hacia donde no estaba ya la luna,
abiertos los abismos y derramada su altura
sobre la faz terrestre donde el dolor no ceja.
Ah, los ríos de ambición cruzando el yermo,
los ojos rojos, los crueles establecimientos, el abstracto reinado del crimen.
Y en el cielo la sombra de la ilusión fallida,
los números ganadores que no ganaron, los signos del zodíaco,
la infeliz traducción de los sueños a un lenguaje menor.
Entonces el jefe miró y dijo: "Aquí faltan.
Haremos mundos".







Espero sus comentarios,
Helios.

domingo, 9 de marzo de 2008

Shhh

¡¡¡Querida cyberaudiencia!!! ¡¡¡Tanto tiempo!!! Antes de presentar el posteo de hoy, quería desearles a todas las seguidoras de este espacio un feliz día (un tanto atrasado, pero como dicen, más vale tarde que nunca) día de la mujer (no entraré en cuestiones de género, ante cualquier duda los exhorto a hacer un repaso histórico acerca de la fecha). Habiendo expresado este deseo, prosigo.
Después de este prolongado período de incomunicación (retengan esta palabra), he vuelto, ya extrañaba sus lecturas.
El posteo de hoy hace referencia a un tema que ha sido eje de debate en varios blogs (pertenecientes a lectores de el-punto-es-que): el silencio. Casualmente (tal vez no sucedió de un modo tan casual) me topé con un poema que hace alusión al silencio, a la falta de comunicación, a la soledad. Algunos interrogantes y pensamientos me dejaron un tanto acongojado tras leer el poema, y quería compartirlos con ustedes buscando alguna opinión pertinente. ¿Qué significación le damos al silencio en momentos de soledad? ¿De qué manera afrontamos el silencio? ¿Qué papel juega en nuestras vidas la comunicación? ¿Es el silencio realmente una ausencia o es, acaso, una tergiversación de nuestra visión del acto comunicativo, real, puesto a la luz (sobre la superficie)? Los dejo con el este poema de Marlene Daslou y ustedes me dirán luego.


Incomunicada

me asomo
a la superficie
y nada
Nadie responde
a mi llamado
Pareciera
que el mundo
se ha escondido
bajo una piedra
y espera
mi partida
para salir
de su escondite


Será hasta el próximo encuentro.
Helios.

martes, 4 de marzo de 2008

De cales y arenas




¡¡¡Queridos cyber-lectores!!! Lamento haberos tenido abandonados estos últimos días. Tras haber rendido un final muy importante que estaba consumiendo mi luz hidrogenal, he vuelto (siendo millones, espero. Ustedes dirán).
Para no perder la costumbre, he decidido formularles un interrogante que me anda dando vueltas en la cabeza, y espero sepan responderme (como para alcanzar el tan ansiado sosiego).
En cuanto al dicho popular (que hace referencia a un "más o menos" o a un "una noticia buena y una mala") una de cal y una de arena ¿a cuál de los dos constituyentes sutantivos del enunciado corresponde el papel de "lo malo"(alias problema) y a cuál el de "el bueno"(alias buena nueva)?
A continuación, les dejo (a modo optativo) algunas preguntitas más como para mantener viva la erudición albañilera. ¿Es válido decir una de arena y una de arena? ¿ y una de cal (a secas)? ¿cómo saber si las medidas de peso de la cal y de la arena están en cantidades equitativas? Siendo que la cal y la arena perteneces al subgrupo de sustantivos no-contables ¿es apropiado decir algunas cales y otras arenas? y si no ¿cómo podría pluralizarse el dicho? ¿o es que el dicho sólo puede hacer referencia a un par de singularidades?
Antes de que intenten socorrerme de esta horda de cuestionamientos que invaden mi psiquis (con cal y con arena, valga la aclaración), les propongo que aprecien el siguiente poema de Esteban Sabanes que seleccioné especialmente para la ocasión y para ustedes (y para la cal y la arena ¡por qué no!). ¡¡¡Disfrútenlo!!!






Shadows and light



lo que reposa conformando el paisaje
de la casa vacía
la vieja arquitectura, los muebles gastados,
los discos y los papeles que oscilan
entre el amor y el desencanto
todo lo inmóvil que en su disposición
va diciendo algo de mí,
la guitarra,
eso que sin palabras reproduce mi forma
estará bajo la luz mañana,
cuando ya no sea mío

entonces alguien,
mi hija, quizás,
hará oír sus ruidos por acá

inocentemente, apenada, a lo mejor,
cambiará un libro de estante.
así me irá borrando,
como arrojando terrones de sombra





Será hasta la próxima,
Helios.

domingo, 2 de marzo de 2008

Mal de alturas


Los pasos, como huellas idénticas, provenientes de la misma madre, pero diferentes al mismo tiempo, como gotas de agua, cada una clamando por su ser que quedó abandonado en la totalidad de la lluvia.
Tus pasos siguen resonando en mi umbral, mostrando su sombra por debajo de la rendija, esperando a que abra la puerta, para salir corriendo sin dejar rastro alguno, salvo el de tu ausencia. A veces, me contento con mirar por la cerradura con los ojos cerrados, esperando tu visita para lanzar la mirada al horizonte y no dejarte escapar. Otras tantas, el cansancio me cae de improviso y no puedo sino alzar la vista y dejar que mis angustias y mis anhelos inunden la habitación, cientos de angustias, miles de anhelos, como gotas de agua (de mar y el horizonte), cada una clamando por su ser que quedó a la deriva en la totalidad de la lluvia, como huellas idénticas, ¡provenientes de la misma madre, pero a la vez tan diferentes! ... como tus pasos.

Los pasos

Tus pasos,
por el silencio creados,
avanzan santa, lentamente,
hacia el lecho de mi impaciente vigilar,
fríos, callados.

Queridos,
adorados pasos mudos,
que sin oír mis ansias adivinan,
¡Qué regalos celestes se encaminanhacia
mi lecho
en unos pies desnudos.

Si, para mi sueño obseso,
tu bocas haces avanzar
yo preparo el paladar
al alimento de un beso.

No lo apresures,
ten calma,
dulzura de ser no siendo,
que de esperar voy viviendo
y son tus pasos
mi alma.

Paul Valéry


Helios, esperando desplazar al crepúsculo y recorrer con vos ése camino.

viernes, 29 de febrero de 2008

Ficciones


¿Ficción o realidad? Si pudieran elegir entre su condición de "realidad" (¿?) o su condición de "ficción", ¿con cuál se quedarían? La mayor parte del tiempo, nuestros pensamientos se pierden entre las pequeñas desventajas del ser (((humano))), esas pequeñas falencias de las que no fuimos bien informados a la hora de firmar el contrato que nos habilita para entrar en este mundo. Hablo de falencias haciendo referencia a, por ejemplo, pisar una baldosa floja en pleno día de lluvía y caer entonces en la cuenta de que nuestros pies no son impermeables. Pero... ¿acaso los personajes de ficción intentan buscar un punto del arroyo que pueda ser saltado con facilidad sin mojarse los pies, o me equivoco al afirmar que cruzan por la parte honda, mojándose hasta el tuétano sabiendo que después de dicho cruce les esperan unas diez horas más de caminata en donde se las tendrán que ver con vientos gélidos y arrazadores, rocíos de la madrugada que penetran hasta el más pequeño de los huesos humanos, y ni hablar de esas pequeñas piedrecillas que se inmiscuyen en los zapatos y, bajo el cuadro de entumecimiento en el que se encuentran los pies (que cruzaron y se empaparon en ese charco helado), nos ampollan, cortan e infectan, generando un cuadro severo de gangrena que sólo es viable si se recurre a la amputación del miembro?
Piénselo por un momento, vuelvan a revisar el extenso cuestionamiento que acabo de hacerles.

Muy bien, si ya elegieron la condición (de "realidad"(¿?) o de "ficción") antes propuesta, estamos listos para proseguir.
Unamuno nos plantea una igualdad entre un hombre real y un ente de ficción. Para él, lo real es el "querer ser"; la realidad prescinde así del hombre real y se vale del "querer ser" del personaje de ficción para demostrarse a sí misma.
En cuanto a mí ( y no se tomen este pronombre como una marca deíctica que indica contenido autobiográfico), sólo tengo lo siguiente para añadir a la reflexión de hoy:


Cómo han de ser tus ojos

Mujer... no tendré un beso de niño para ti,
ni de viejo, ni de sátiro...
cuando vengas no besaré tus mejillas
ni tu frente, ni tus labios.
Pondré mi boca en los pliegues
recogidos de tus párpados
y beberé el agua clara
que suba a tus ojos claros.
Trae unos ojos azules, mujer,
trae unos ojos azules, de un azul tranquilo y claro
que tengo sed...
sed de peregrino cansado
de muchas jornadas duras
por caminos solitarios
y quiero
llevar mis labios
al agua clara y tranquila
de un remanso
que refleje
un cielo tranquilo y claro.

Helios, despidiéndose de la mano de León Felipe.