domingo, 2 de marzo de 2008

Mal de alturas


Los pasos, como huellas idénticas, provenientes de la misma madre, pero diferentes al mismo tiempo, como gotas de agua, cada una clamando por su ser que quedó abandonado en la totalidad de la lluvia.
Tus pasos siguen resonando en mi umbral, mostrando su sombra por debajo de la rendija, esperando a que abra la puerta, para salir corriendo sin dejar rastro alguno, salvo el de tu ausencia. A veces, me contento con mirar por la cerradura con los ojos cerrados, esperando tu visita para lanzar la mirada al horizonte y no dejarte escapar. Otras tantas, el cansancio me cae de improviso y no puedo sino alzar la vista y dejar que mis angustias y mis anhelos inunden la habitación, cientos de angustias, miles de anhelos, como gotas de agua (de mar y el horizonte), cada una clamando por su ser que quedó a la deriva en la totalidad de la lluvia, como huellas idénticas, ¡provenientes de la misma madre, pero a la vez tan diferentes! ... como tus pasos.

Los pasos

Tus pasos,
por el silencio creados,
avanzan santa, lentamente,
hacia el lecho de mi impaciente vigilar,
fríos, callados.

Queridos,
adorados pasos mudos,
que sin oír mis ansias adivinan,
¡Qué regalos celestes se encaminanhacia
mi lecho
en unos pies desnudos.

Si, para mi sueño obseso,
tu bocas haces avanzar
yo preparo el paladar
al alimento de un beso.

No lo apresures,
ten calma,
dulzura de ser no siendo,
que de esperar voy viviendo
y son tus pasos
mi alma.

Paul Valéry


Helios, esperando desplazar al crepúsculo y recorrer con vos ése camino.

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