miércoles, 16 de diciembre de 2009

para cuándo

un trapito
aún
por escurrir,
sin poder conciliar
el sueño,
sin poder eludir
el vértigo
del mundo delante

te creo
batalla perdida,
aunque todavía no distingo
entre
división y compañía,
sigue siendo
inevitable
mi respuesta,
el mismo peso
el mismo volumen

sigo de cerca,
intento, eso seguro,
la sombra,
la traza
de una rutina tuya
que me es inasible,
pretendo soportar
ser fuerte,
mirar de reojo
la obsecuencia,
¡clamo porque mi piel
sea un pañuelito
de papel húmedo!
esperando
lo inminente

ya no quiero especular más entre blancos,
dame la espalda
y leeme de lejos
que se me conrta la voz
y no quiero decir más


Helios.

sábado, 12 de diciembre de 2009

quien todavía

arranqué
los presintos
de mi boca,
los dos,
estaban ahí
para protegerme

a consciencia,
y me asusté
al ver la hemorragia,
no paraba,
los presintos ya no estaban,
no paraba

ahí recordé
una tarde caminando
juntos,
tu manera loca
de manejar,
la inundación refulgente

mi boca
no paraba


Helios.

martes, 20 de octubre de 2009

dònde estàs

Ataque de

esto
màs
esto
màs
esto
y nunca llegar a una igualdad

es el estado
de un niño
saltando desnudo
sobre charcos,
intentando pescar un resfrìo,
receta perfecta para faltar al colegio.
Charco
màs
frìo
igual a
mocos
màs
ligera elevaciòn de la temperatura
igual a
ausentarse a clases

mundo de recetas,
de ir de la mano de,
palabras que podemos olvidar,
el lenguaje que vela
por nosotros,
el llanto que fluye
sin barreras,
la risa que escapa
a nuestro razonamiento,
el sueño que nos atormenta
y es sòlo sueño

ahora,
Dios pende de un hilo
en el mòvil de esta ventana
junto con la esperanza
el amor
una bonita piedra pulida
y una campanita,
suena cuando hay brisa
para arrullar al niño
en la hora de la siesta


Helios.

domingo, 4 de octubre de 2009

confesiòn

No todo està registrado en este gran cuaderno. ¿La memoria? ... en algùn momento empezarà a fallar.
Hay vestigios que yacen en la piel de algunas personas que (se me) han quedado en el camino. Otras huellas ya se han borrado, en los pàramos del sur.
¿Què hay de esos versos soberbios que quisiera gritar, versos repetidos que no seràn entendidos?
Los inèditos ¿habrà que gritarlos?
¿Y què de los vacìos en el lecho, esos manchones blancos en el filme?

Este es el momento
en el que descreo de la hipotenusa,
en donde no alcanza
la palabra consoladora y austera

Querido diario:
te he tenido olvidado todo este tiempo ¿Has escrito por mì en mi ausencia?

Helios.

viernes, 2 de octubre de 2009

en busca de una lectora perdida

Es cierto, una mujer se ha perdido, pero no logro pintar un óleo suyo. Son increíbles los alcances que puede tener la rutina, las ausencias que puede causar un simple fin de semana que escape a ella. Más asombroso aún me resulta el cambio que puede acontecer en una rutina, un poco paradójico, ¿no? Pero de cierta forma está allí. Se puede pasar de un activo uso neuronal, a una atrofia similar a la que puede sufrir un artista frente a una fórmula leucocitaria, o un bioquímico frente al Erotismo de Bataille. La pérdida de un factor rutinario pasa a ser algo trascendental, y repito ¿no es, acaso, un tanto paradójico esto? Es decir, si algo escapa a la rutina ¿cómo poder meterlo dentro de ella? ¿Debemos, entonces, concebir que todo aquello que se sale de la rutina está inserto en ella por ser esperable que la rutina, como constante, tenga alguna "arritmia" eventualmente?


Ludo vita

doble turno, llega
se baña,
prende un cigarrillo.

la rutina de jugar
al amo de casa
huérfano

en este momento
pásase un hisopo por el oído izquierdo,
una sensación orgásmica,
mira el reloj, recuerda
esa tarde dejó un mensaje en su trabajo,
asunto: Jorje.
Un bollo hecho de papel,
si te he visto no me acuerdo.

otro cigarrillo,
se relame por esas piernas amazónicas
que ella tanto repudia,
pero no,
esto atenta contra la terapia psicoanalítica,
mejor limitarse a llevarle algún tentempié bajo en grasas,
con las mismas calorías que la mitad de una uva pelada y sin semillas tal vez,
fingir que es un nuevo día de la madre.

una congoja solemne,
ya es tarde

¿y su hermano Miguel?
recuerda no tener ningún hermano,
a dormir


Helios.

viernes, 28 de agosto de 2009

una caja blanca

no habrà calles en ella
no habrà nada que le permita crecer
màs que el lìmite de su propio lìmite

han desaparecido el pètalo y la sonrisa
el sol ha desaparecido
aunque siga blanca por dentro
pequeña, esta caja sin dimensiones ni volumen

el tiempo se desvirtùa en ella
no hay relojes
no hay juego
ni condensaciòn ni perfume
se ha ido, quien

no existe un cansancio que corroa sus adentros
no hay brote
ni biologìa molecular
es un susurro lejano el inconsciente

no hay ya afectos
ni mensaje

no queda fuego
poco aire

una caja blanca que poco a poco
se cierra

sábado, 22 de agosto de 2009

de 42 a 6

Còmo pasan 16 años, ¿dieciseis màs sin?
Còmo te dirìa "hace cuatro años me dijiste lo mismo y ahora"
Còmo se siente un promedio de 1 1/2 por mes, despuès 1 1/2 por año, [media por uno y un medio
Còmo se termina el segundo cigarrillo cuando sòlo queda silencio
Còmo muchos "ring", apatìa, el vèrtigo de no sentir otro
Còmo una làgrima a destiempo, el lagrimal un desierto en la oscuridad del lecho
Còmo la palabra cuando es lo màs odiado, el ùltimo recurso
Còmo un deseo, no poder darte la mano

Còmo Helios.

martes, 14 de julio de 2009

lo que se olvida

Es curioso còmo un alud de nieve y viento puede llevar todo a su paso partiendo de la base de la montaña, directo hacia la cima. Pasamos, vos, y yo en tu ensueño, a ser blancos a derribar por esas bolas de nieve. Sentimos el frìo, tal vez la angustia de saber que saldremos siempre ilesos.
Hay otros ahì, nadie conocido ni por conocer, todos seràn enterrados al final. Vos y yo no nos encontramos, a fin de cuentas, estoy como la tercera persona, o como una bola de nieve màs que pasa refulgente a tu lado, anhelando embestirte de una vez por todas con toda esa violencia que destila el amor.


Helios.

jueves, 14 de mayo de 2009

una carilina para Pierrot

¿Qué hace esta niña aún despierta? Es la madrugada. Mañana hay que ir a trabajar, y no logro conciliar el sueño. Mañana arranca la semana, tic-tac, sigue pasando el tiempo. ¿Y esta niña? ¿Qué hace aún despierta? La oigo balbucear lo de siempre, eso que no tiene sentido en este mundo de los sentidos. Habría que traer a un loco para que interpele su lenguaje poético, incluso tal vez, profético.
¿Qué hacemos esta niña y yo aún despiertas, balbuceando sinsentidos?*


Helios.


*Marlene Daslou

sábado, 18 de abril de 2009

horitzó

...ens ha costat Déu i ajuda
arribar fins a aquí...

domingo, 5 de abril de 2009

supremacía de la o

Otro poco de calma, camarada;
un mucho inmenso, septentrional, completo,
feroz, de calma chica,
al servicio menor de cada triunfo
y en la audaz servidumbre del fracaso.

Embriaguez te sobra, y no hay
tanta locura en la razón, como este
tu raciocinio muscular, y no hay
más racional error que tu experiencia.

Pero, hablando más claro
y pensándolo en oro, eres de acero,
a condición que no seas
tonto y rehúses
entusiasmarte por la muerte tánto
y por la vida, con tu sola tumba.

Necesario es que sepas
contener tu volumen sin correr, sin afligirte,
tu realidad molecular entera
y más allá, la marcha de tus vivas
y más acá, tus mueras legendarios.

Eres de acero, como dicen,
con tal que no tiembles y no vayas
a reventar, compadre
de mi cálculo, enfático ahijado
de mis sales luminosas!

Anda, no más; resuelve,
considera tu crisis, suma, sigue,
tájala, bájala, ájala;
el destino, las energías íntimas, los catorce
versículos del pan: ¡cuántos diplomas
y poderes, al borde fehaciente de tu arranque!
¡Cuánto detalle en síntesis, contigo!
¡Cuánta presión idéntica, a tus pies!
¡Cuánto rigor y cuánto patrocinio!

Es idiota
ese método de padecimiento,
esa luz modulada y virulenta,
si con sólo la calma haces señales
serias, características, fatales.

Vamos a ver, hombre;
cuéntame lo que me pasa,
que yo, aunque grite, estoy siempre a tus órdenes.*


*César Vallejo, Poemas Humanos.

lunes, 16 de febrero de 2009

Miró


Regulares células epiteliales.


10-12 leucocitos por campo.


Escasos piocitos.


15 a 20 hematíes por campo.


Regulares oxalatos.


Escaso mucus.


Escasos gérmenes.


Escasas células redondas.




Helios. Protocolo validado electrónicamente.

viernes, 6 de febrero de 2009

Los buenos aromas

Yo me duermo a la orilla de una mujer; yo me duermo a la orilla de un abismo.*


Hombres perspicaces, sí los hay. Mujeres que no lo sean, no las hay. La mujer tiene una virtud que no deja de asombrarme, una de la cual no habló Darwin pero que no puede ser un don instaurado por generación espontánea. Hablo del sexto sentido con el que cuenta el sexo femenino, aquel que se corporiza en forma de nariz, una segunda nariz ocualta por ahí, en algún recoveco del cual nadie tiene la exacta locación.
Con ella, la mujer todo lo huele en el hombre, todo la sabe, como si leyera un libro que ya estaba abierto al haberlo encontrado, o para ser más exactos, como si olfatearan una flor que acaba de abrirse. Esta segunda nariz puede percibir cada matiz, cada gota de rocío que haya rozado los delicados pétalos, cada molécula del néctar que cree estar escondido.
Las propiedades de este sexto sentido femenino alcanzan su estadío más desarrollado con la maternidad. Es decir, si una mujer se las olía todas antes, con la llegada de un hijo de las huele mucho más, hasta alcanzar un punto cuasi paranormal.
En fin, éste maravilloso don de la mujer la convierte en un abismo para el hombre, aquello que nos separa. ¿Qué hacer entonces, con esto?
Considero que no hay mejor alternativa que dejarse caer.

Helios.


* Eduardo Galeano, "La noche/3", en El libro de los abrazos, Buenos Aires, Siglo XXI, 1996.