Después de este prolongado período de incomunicación (retengan esta palabra), he vuelto, ya extrañaba sus lecturas.
El posteo de hoy hace referencia a un tema que ha sido eje de debate en varios blogs (pertenecientes a lectores de el-punto-es-que): el silencio. Casualmente (tal vez no sucedió de un modo tan casual) me topé con un poema que hace alusión al silencio, a la falta de comunicación, a la soledad. Algunos interrogantes y pensamientos me dejaron un tanto acongojado tras leer el poema, y quería compartirlos con ustedes buscando alguna opinión pertinente. ¿Qué significación le damos al silencio en momentos de soledad? ¿De qué manera afrontamos el silencio? ¿Qué papel juega en nuestras vidas la comunicación? ¿Es el silencio realmente una ausencia o es, acaso, una tergiversación de nuestra visión del acto comunicativo, real, puesto a la luz (sobre la superficie)? Los dejo con el este poema de Marlene Daslou y ustedes me dirán luego.
Incomunicada
me asomo
a la superficie
y nada
Nadie responde
a mi llamado
Pareciera
que el mundo
se ha escondido
bajo una piedra
y espera
mi partida
para salir
de su escondite
Será hasta el próximo encuentro.
Helios.
2 comentarios:
Mmm... opino que el silencio no es ausencia, sino todo lo contrario: presencia.
Es silencio es presencia de una soledad demasiado ruidosa (citando al escritor praguense "Hrabal").
No tengo nada más que decir, hoy no es mi mejor día, me voy a tirar, besotes, Helios!
Te quiere
Palas Atenea
Yo creo que el silencio evidencia una imposibilidad de hecho. ¿Qué es la comunicación?
Pero no me parece que eso implique soledad. Ni ausencia.
Puede haber silencio y una conexión muy fuerte con el otro. Que esa conexión no sea plena, no tiene que ver con el silencio sino con otras imposibilidades, podríamos decir inherentes a cuestiones ontológicas, pero ya estoy hablando difícil y mejor lo dejamos ahí. El punto es que (JA) no creo que eso sea posible nunca (la conexión), sin silencio o con él.
Publicar un comentario