domingo, 21 de septiembre de 2008

Primavera bis (primavera 0)

si la inseguridad
ya no produce
¡quémenla!

si el conocimiento
ya no produce
¡quémenlo!

si esta huerta
ya no produce
¡quémenla!

si estos cuerpos arremetiéndose
ya no producen
¡quémenlos!

si la duda
ya no produce
¡quémenla!

si la página en blanco
ya no produce
¡quémenla!

si este aroma
ya no produce
¡quémenlo!

si las calorías
ya no producen
¡quémenlas!


si esta ciudad
ya no produce
¡quémenla!

si esta agua
ya no produce
¡quémenla!

si el condicional
ya no produce



¡¿¡¿Cómo que quemar algo en el día de la primavera?!?!
Un campo de flores tal vez sea uno de los grandes íconos de esta fecha (21 de septiembre), al menos en el hemisferio sur. Lo que supo ser un hermoso prado verde y floreado, y ahora se encuentra quemado, tal vez no sea exactamente la imagen que nos hacemos de la fecha arriba mencionada. Pero, ¿no es,acaso, cierto que un campo quemado es más fértil luego del siniestro? si esto es realmente cierto, entonces la desolación y las cenizas pasarían a ser una primavera cero, ¿no?
Helios.


*poema de mi autoría.

Primavera


Era sistemático. Cada vez que a Aneta se le escurría algún cuco por la rendija de la puerta o por el ojo de la cerradura, y quedaba dentro de su pieza, ella se metía detrás del gran espejo de pared, dejando al reflejo de la entidad vagando consigo mismo un rato. Más tarde el cuco se iría y quedaría su reflejo encerrado para siempre en el gran espejo de pared.
Una noche, se escabulló un cuco imponente, de manos viriles y lengua larga, más hábil que los anteriores. Aneta no alcanzó a esconderse detrás del espejo, y su ahora desnudo cuerpo estaba bajo la sombra del espectro.
Sus largos dedos la dominaban, y su lengua no dejaba rastro de la piel blanca de la joven; estaba como en trance. Los reflejos de ambos se fusionaron, pero tras los nimios gritos de ella, se vislumbraba un aura de goce, de sosiego.
Aneta despertó sola, yaciendo en el piso junto al gran espejo de pared. Aun estaba desnuda, y su entrepierna reflejaba un pimpollo aromático, una fresia, un jazmín.


En esta primavera, estimados seguidores de "el punto es que", les obsequio esta pequeña obra de mi autoría. Preferí, en esta ocasión, evitar cualquier tipo de introducción o nota para no condicionar sus comentarios (espero recibirlos).
Helios.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Un muerto encierras

Como tantas madrugadas encerrados en un coche,
en una calle sin luz, una calle sin nombre,
los dos frente a frente se miran despacio,
tras dedicarse al amor y su trabajo.
Secan su sudor, secan su sudor,
tal como han aprendido, no han olvidado.

Él piensa "ya nada es lo de antes,
la vida debe estar en otra parte",
donde no la divisa porque ella le ciega
con cárceles de oro, con amor sin tregua.
Ya nunca volverán, ya nunca volverán,
ya nunca volverán a hacer nada por vez primera.

Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.

Él le regala unas manos llenas de mentiras,
ya no le parece tan bello el cuerpo que acaricia.
Ayer eclipse de sol eran sus pupilas,
hoy son lagunas negras donde el mal se hacina.
Qué pena me da, qué pena me da,
qué pena me da, todo se termina.

Ella ya no ama sus vicios, le busca en los ojos,
pasa un ángel volando y se encuentra con otro.
Ayer sus dos brazos eran fuertes ramas
donde guarecerse, hoy son cuerdas que atan.
Qué pena me da, qué pena me da,
qué pena me da, todo se acaba.

Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.

Él decide por fin vomitar las ideas,
ella lo sabe y tranquilamente lo espera.
Sin calma planea su fuga este preso,
ella no lo mira, no aguanta su aliento.
Ya llegó el final, y van a encontrar
en su corazón arena de desierto.

Perdida la calma, se pone muy serio,
cunde el pánico y le invade un horrible miedo.
Su boca cobarde pronuncia: "Te quiero.
No te vayas nunca, no te vayas lejos".
Y ella echa a temblar, ella echa a temblar,
ella echa a temblar: "Yo también te quiero".

Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés,
un muerto encierras.

Helios.

martes, 9 de septiembre de 2008

Sí, pero no

Me voy, pero vuelvo; duermo, pero estoy despierto; me escondo, pero me descubro; me electrizo, pero me entumezco; bajo, pero subo; bajo, pero alto; me alegro, pero me entristezco; escucho, pero no te entiendo; me quedo, pero salgo huyendo; entro, pero salgo; lo vivo, pero no recuerdo; me gusta, pero no lo disfruto; sigo, pero no progreso; lloro, pero no siento; me hundo, pero no me sumerjo; imploto, pero no hay adentro; discuto, pero no me comprometo; no hago el amor, pero me desnudo; soplo, pero aspiro al mismo tiempo; deseo, pero no arrepiento; estudio, pero no crezco; me dan cuerda, pero enloquezco; me distraigo, pero estoy atento; me enorgullezco, pero me avengüenzo; me inflo, pero cada vez más pequeño; soy una máquina de humo, pero respiro aire fresco; añoro, pero sólo envejezco; si y sólo si, pero entonces; me río, pero entierro; compro, pero vendo; gano, pero pierdo; comparto, pero guardo; imagino, pero pisoteo; planto, pero incendio; nazco, pero ideo; organizo, pero desordeno; me hermetizo, pero goteo; beso en el cuello, pero no beso; tengo presnete, pero no expreso; me inyecto adrenalina, pero no concilio la vigilia; me asento, pero no me arraigo; me doy significado, pero no significo; me decido, pero divago; me pongo el saco, pero me saco el pongo; me duermo, pero no me lleva la corriente; admiro, pero no contemplo; busco audiencia, pero empiezo antes de tiempo; gozo, pero no me es placentero; lali, pero lila; brillo, pero ennegrezco; doy calor, pero duermo solo; pienso, pero no existo; , pero se mueve.

¿Relativismo postmoderno? Sí, pero no.
Helios.