viernes, 29 de febrero de 2008

Ficciones


¿Ficción o realidad? Si pudieran elegir entre su condición de "realidad" (¿?) o su condición de "ficción", ¿con cuál se quedarían? La mayor parte del tiempo, nuestros pensamientos se pierden entre las pequeñas desventajas del ser (((humano))), esas pequeñas falencias de las que no fuimos bien informados a la hora de firmar el contrato que nos habilita para entrar en este mundo. Hablo de falencias haciendo referencia a, por ejemplo, pisar una baldosa floja en pleno día de lluvía y caer entonces en la cuenta de que nuestros pies no son impermeables. Pero... ¿acaso los personajes de ficción intentan buscar un punto del arroyo que pueda ser saltado con facilidad sin mojarse los pies, o me equivoco al afirmar que cruzan por la parte honda, mojándose hasta el tuétano sabiendo que después de dicho cruce les esperan unas diez horas más de caminata en donde se las tendrán que ver con vientos gélidos y arrazadores, rocíos de la madrugada que penetran hasta el más pequeño de los huesos humanos, y ni hablar de esas pequeñas piedrecillas que se inmiscuyen en los zapatos y, bajo el cuadro de entumecimiento en el que se encuentran los pies (que cruzaron y se empaparon en ese charco helado), nos ampollan, cortan e infectan, generando un cuadro severo de gangrena que sólo es viable si se recurre a la amputación del miembro?
Piénselo por un momento, vuelvan a revisar el extenso cuestionamiento que acabo de hacerles.

Muy bien, si ya elegieron la condición (de "realidad"(¿?) o de "ficción") antes propuesta, estamos listos para proseguir.
Unamuno nos plantea una igualdad entre un hombre real y un ente de ficción. Para él, lo real es el "querer ser"; la realidad prescinde así del hombre real y se vale del "querer ser" del personaje de ficción para demostrarse a sí misma.
En cuanto a mí ( y no se tomen este pronombre como una marca deíctica que indica contenido autobiográfico), sólo tengo lo siguiente para añadir a la reflexión de hoy:


Cómo han de ser tus ojos

Mujer... no tendré un beso de niño para ti,
ni de viejo, ni de sátiro...
cuando vengas no besaré tus mejillas
ni tu frente, ni tus labios.
Pondré mi boca en los pliegues
recogidos de tus párpados
y beberé el agua clara
que suba a tus ojos claros.
Trae unos ojos azules, mujer,
trae unos ojos azules, de un azul tranquilo y claro
que tengo sed...
sed de peregrino cansado
de muchas jornadas duras
por caminos solitarios
y quiero
llevar mis labios
al agua clara y tranquila
de un remanso
que refleje
un cielo tranquilo y claro.

Helios, despidiéndose de la mano de León Felipe.

4 comentarios:

Lu dijo...

no entiendo nada

Gaby_esencializada dijo...

Yo voto por la realidad. Pero no cualquier realidad sino MI realidad, que a mucha gente le parece irreal. Pero para mí es la única que existe y vale la pena. Y la construyo día a día. Con esfuerzo, tropiezos y muchos recomenzar.
Bueno, ya sé el comentario de Lu y de todos a esto : "no entiendo nada"
No importa. Estoy acostumbrada (?)
Es difícil ser yo. Pero está re bueno.

Lu dijo...

¿Por qué te adjudicás mi comentario dirigido a Lali a vos misma?
¿Quién dijo que no te entiendo? ¿Qué sabés vos lo que yo entiendo y lo que no? Te entiendo más de lo que te imaginás, voldita mía. MUEJEJEJE.

Gaby_esencializada dijo...

me gusta adjudicarme cosas ¿y?
me da miedo es risa final lu.
mucho
¿la mala no era yo?