viernes, 22 de febrero de 2008

Esperando el piano...

Querida cyberaudiencia, os saludo. Hoy iré al grano, sin presentaciones.

Os pido que en esta ocasión, no se distraigan con el título. No me figuren en la parada del 132 esperando un piano (y mucho menos a Godot), ni tampoco analicen una supuesta ontología de mi alter-ego interpretando a Rachmaninov.
El punto es que... (¡dejen de prestarle atención a los títulos!) Hoy tengo muchos interrogantes para plantearles, es la costumbre ¿vio?
En La Búsqueda que realicé para la reflexión de hoy me topé con muchos y variados interrogantes, caí en una especie de jardín en donde los senderos se bifurcan, un jardín semiológico, como de un lenguaje al infinito. ¿Seguimos pensando en los títulos? ¡Démonos otra oportunidad, ya que estoy intentando hacer que se olviden de ellos, que se separen de ellos, ¡olvídense de sus nombres si es necesario! Es una especie de odisea, pero más simple. No van a perder sus identidades ni a sufrir una metamorfosis. Simplemente busco que se sumerjan en la nada momentaneamente, ya que de otra manera les será imposible insertarse en el mensaje que les tengo preparado (en realidad Vallejo nos los preparó). ¡Arrasemos con el crepúsculo y recorramos nostros también este camino!


Un hombre pasa con un pan al hombro
¿Voy a escribir, después, sobre mi doble?

Otro se sienta, ráscase, extrae un piojo de su axila, mátalo.
¿Con qué valor hablar del psicoanálisis?

Otro ha entrado a mi pecho con un palo en la mano
¿Hablar luego de Sócrates al médico?

Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Bretón?

Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?

Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después, del infinito?

Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?

Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar, después, de cuarta dimensión?

Un banquero falsea su balance
¿Con qué cara llorar en el teatro?

Un paria duerme con el pie a la espalda
¿Hablar, después, a naide de Picasso?

Alguien va a un entierro sollozando
¿Cómo luego ingresar a la Academia?

Alguien limpia un fusil en su cocina
¿Con qué valor hablar del más allá?

Alguien pasa contando con sus dedos
¿Cómo hablar del no-yo sin dar un grito?


Helios se despide por hoy
¿Cabrá aludir alguna vez al título, a la espera?

Helios.

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